Por soñar que no quede. Qué bonito sería ésto, cuando se está poniendo el sol, recostado en una cómoda tumbona frente al mar, con la brisa acariciándote el rostro y buena compañía.
Y que la compañía pague todo. ¡Oh, felicidad!
Por soñar que no quede. Qué bonito sería ésto, cuando se está poniendo el sol, recostado en una cómoda tumbona frente al mar, con la brisa acariciándote el rostro y buena compañía.
Y que la compañía pague todo. ¡Oh, felicidad!