De un tiempo a esta parte, semana sí semana también sale una expedición política hacia Caracas. La última, de la cual informaba mallorcadiario.com, ha sido la de José
Luis Rodríguez Zapatero. Cualquiera diría que importa más Venezuela que Baleares, por poner un ejemplo doméstico.
Nada es casualidad. Está claro que la situación del estado sudamericano es de emergencia total, aunque no lo es más que la de Corea del Norte o Siria por poner dos ejemplos obvios. Por lo tanto, cabe hacer una lectura en clave interna. Y ahí hay un nombre clave: Podemos.
El partido de Pablo Iglesias, y más después de los últimos sondeos electorales, se ha erigido en el enemigo a batir, y Venezuela se ha convertido en perfecto campo de batalla obra y gracia de Nicolás Maduro, uno de los presidentes más ineptos de la historia reciente.
Verdad es que la situación económica española padecida hasta ahora no legitima para ir a dar lecciones a ningún lugar (y mucho menos a ZP) aunque no es menos cierto que el régimen político de Chaves, perdón, Maduro, es una dictadura con todas sus letras y, dada la relación político-histórica entre España y los païses latinoamericanos existe una justificación para velar por el respeto a los Derechos Humanos.
Ante una situación que percibe como agresión directa, la respuesta de Podemos es echar en cara su bagaje político a los expedicionarios. Todo ello sin recriminar en absoluto a Maduro la fallida a la que ha llevado a uno de los estados más ricos en reservas petrolíferas.
Ante ello, y encontrándonos a las puertas de unas nuevas elecciones, no estaría de más que, sin circunloquios, los podemitas dijeran si consideran el sistema político venezolano una dictadura, más que nada para que tengamos claros sus criterios ante el 26J.
