Escribo el día de las Vírgenes, casi en el momento en que el Alcalde les ha dicho que basta que se acabó y que le vayan a cantar clavelitos a Santa Rita la barbera o a la portera de la calle Palau Reial. Que no señores, que hay una estrofa que se escribe con la palabra “dignidad “y esta estrofa la escribe él, no necesita que se la interpreten ni “Paquito el Chocolatero” ni el “gaitero de Gijón”ni los chupopteros rogelios y sus vecinos.
Creo que durante estos casi cuatro años no he llegado a poder toma un café con él, no he llegado a conocerle de cerca. Reconozco que no basta tomar café una sola vez para formarse una idea de que cómo es el tipo, cómo se las juega y de qué es capaz, por lo que tampoco ha sido necesario tomar café. A primera vista no me gustó. No es mi tipo. Luego, con el tiempo reconozco que fue mejorando. Sus obras y su actividad me llegaban, me parecía amable, cercano, tratable, simpático, incluso atractivo. Las impresiones que me transmitían quienes le conocían y otros que trabajan cerca de él, me gustaban y me gustan.
Soy de los que guardaba el voto para el Alcalde Isern, porque además, en la partitocracia de Palma no hay más cera que la que arde y, Don Mateo, si bien no ha sabido dar calor a Don José María ni a sus palmeros, sí ha sabido ser un Alcalde cálido y cercano para todos los ciudadanos. Creo que su dimisión, en un día clave, dejó muy alto su pabellón personal y a la altura del betún a los que se lo han cargado. Tras el anuncio de que no volvería a presentarse, el “debate” en el Parlament, quedó como en un estado de no muy buena esperanza para la candidatura a la alcaldía de Palma, si bien la parida ha sido rápida y la “llucmajorera” Marga Durán, se ha puesto las pilas, para dejarse la piel en nombre de quien gobierna el Partido! ¡Vaya numeritos!
Volviendo a Don Mateo, una víctima de las malas artes del “padrino” y sus secuaces, hay que reconocer, que es un caballero y, los señores caballeros, se retiran honrosamente si el contrincante no da la talla o, no es un señor ni está a la altura.
Es que no acabo de entender como aquí y en la Villa y Corte, permiten que unos pocos, dinamiten la candidatura de esta persona, que, por su talante y decisiones de gobierno al frente del ayuntamiento de Palma, ha sido ampliamente valorado por los ciudadanos.
Este hombre – Don Mateo-, sin duda es de otra casta y no le gusta que le manden en la mierda, antes los manda él y así parece que lo ha decidido el pasado Martes.
¡Viva el Alcalde!
