Volver a empezar

Corría el año 2013. Los dos partidos políticos mayoritarios, desde el parlamento, por medio de sus portavoces sanitarios, hicieron pública su apuesta por la reforma y transformación sociosanitaria del emblemático Hospital de Son Dureta (HSD). Por fin una postura consensuada tras la huida en estampida, en 2010, para colonizar un inacabado Son Espases (HUSE). Una colonización apresurada, con urgencias exclusivamente electorales. Para que se hagan a la idea de las prisas, dejaron hasta las bandejas de comida de los pacientes, con residuos, en el área de urgencias, sin recoger. Hasta hoy.

Un traslado basado en documentos realizados por una conocida consultora, regada generosamente con dinero público, cuya planificación finalizaba en el muelle de ambulancias del nuevo centro. Acababa con el traslado de los pacientes. Después, la nada. Improvisación tras improvisación, que se ha mantenido hasta el día de hoy. El último, el errático “scalextric” montado en el parquing de HUSE.

Mientras tanto, las necesidades de recursos sociosanitarios se están haciendo asfixiantes. Los anuncios sobre el nuevo HSD se han producido periódicamente, durante toda la legislatura. Un lustro más tarde, el 16 de octubre del año 2018, la presidenta Armengol, en su anuncio de la semana, convocó a todos los altos cargos de la consejería de salud y a los medios de comunicación para anunciar el proyecto ganador del nuevo Son Dureta. Una gran fiesta, besos, abrazos y autobombo.

Todo ha resultado “fake”. Esta semana hemos tenido conocimiento que el proceso ha sido fallido. Se ha anulado y se empieza otra vez de cero. Una legislatura completa en la que no se ha conseguido, no ya la reforma, ni siquiera tirar los edificios destinados a ser derribados. Del nuevo hospital nada.

Las nuevas previsiones establecen que ayer, viernes, día 25 de enero de 2019, a poco más de 100 días de la nueva consulta electoral, el consejo de gobierno tenía que aprobar un presupuesto para el nuevo concurso. No se emocionen. Un presupuesto para las obras de derribo. Y volver a empezar con una nueva licitación para derribar tres edificios, el maternal, el de consultas externas y el destinado a cocinas y vestuarios.

Posteriormente, será necesario convocar un nuevo proyecto arquitectónico para la reforma. El actual ha sido anulado por un error administrativo.

Una legislatura en balde. La historia se resume fácil. Anuncios y más anuncios de actuaciones que en realidad deberán ser impulsadas por el nuevo gobierno salido de las urnas. Un verdadero despropósito que ya no nos sorprende. Marca de la casa.

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