Ayer leyendo a mi queridísimo Marc Vidal me alegraba de la coincidencia que tenemos sobre los cambios que se van a suceder en la política mundial y española a medio y largo plazo. Muchas de las cosas que ahora nos irritan y agobian pasaran a la historia y nuestros hijos las contarán.
Coincidía con él en que actualmente las decisiones políticas se toman en base a tres criterios: presupuesto, interés partidista y capacidad de gestión. La primera la podría gestionar increíblemente mejor un software inteligente que una docena de ministros de economía esta comprobadísimo. La segunda, más divertida, la gestionaría un gestor de datos masivos capaz de trabajar en base a variables de bienestar social no dependiente de votos, podría gobernar sin esperar ‘encuestas’ ni amiguísimos. La tercera es pura evidencia. ¿Quien es más eficiente que un robot?
El mundo sigue su curso con un escenario sin empleo, todo lo que pueda ser automatizable, ‘robotizable’ y todo lo que pueda sustituirse por un ‘software’ o un brazo mecánico, se hará no lo duden. Bibliotecas sin bibliotecarios, bares sin camareros, tiendas sin vendedores, empresas sin directores, taxis sin taxistas, hoteles sin intermediarios, transporte sin transportistas, clínicas sin doctores y lo más necesario parlamentos sin políticos. ¿Para que se precisa un político?
Pues la respuesta está en que la política tradicional ha muerto. Los ‘expertos’ de los partidos de siempre, ¿no se dónde están?, los estrategas de partido, los directores de comunicación y táctica política, ¿Desaparecieron? Es divertidísimo leer las propuestas de algunas consultoras políticas sobre eso de ‘estrategia de partido’ en redes sociales o ver como muchos ‘políticos’ se ven la mar de actuales poniendo un ‘@’ delante de su nombre, ¿y eso es hacer política?
¡Esto ya no es lo que era señores! Digamos que la gente va decidiendo lo que votar por otros canales que no tienen nada que ver con la táctica habitual, de los que llevan tanto tiempo en un sillón de alcántara, del cual, cuando se levanten no habrá manera de que regrese a su forma original del tiempo que llevan y el peso que lleva sufriendo el pobre sillón. No se han dado cuenta que el concepto ‘googleliano’ de ‘los círculos’ de ‘Podemos’ va mucho más allá que una sede local, una agrupación de distrito o una estructura determinada. ¡Y no digo yo que sea de Podemos!
Le guste o no, la sociedad en red que incluye desgraciadamente la TV se nutre del debate entre ellos y no de la visualización de unos teatros que simulan ser nutritivos para el intelecto político de los ciudadanos. Esos ‘círculos‘, esa estrategia orgánica y viva, que no depende de órdenes directas sino de su voracidad distribuida. La tecnología y su enlace con lo analógico permite y se está canalizando muy bien un descontento social que, en muchos casos, tiene que ver con esos programas televisivos de juguete.
El problema para el arreglo de ello es que se necesita ‘open mind’ y eso ya no es tan sencillo. Dejar que la gente tome su senda y que la política se adapte es complicado. Deberíamos pasar de un escenario en el que los partidos proponen y la sociedad dispone a otro en el que la sociedad exige y los partidos se adaptan. Pero para ello hace falta mucha democracia, viva y constante, algo que precisa no sólo de ‘círculos’, sino de todo tipo de organismos desestructurados. La convivencia entre lo tecnológico aplicado a la política y la gestión pública que la sociedad demanda más pronto que tarde sucederá, ya que los poderes que antes conocíamos como irrompibles se van desmoronado y cada poder ahora anda a su aire buscando su lugar.
Hablando de cosas concretas me sorprende el ascenso de ‘Ciutadans' y del reconocimiento social de Albert Rivera. Pues eso, que sorprenda es lo que hace mirar bien a este partido con una estructura que no tiene nada que ver con la de los partidos tradicionales. C’s se sujeta en los apoyos y no en los militantes, en la propia red, en la distribución derivada de información, en la empatía (digital) y en la creación de redes que utilizan Internet como canal de aceptación de unos a otros.
No es que posean una 'técnica digital’ ni que tengan un Community Manager con una barita mágica trabajando horas extra. Es que su estructura desestructurada permite la participación en plataformas y ahí si que es importante la red y las redes. UPyD por ejemplo, empezó bien en eso, pero su obsesión por crear ‘estructura de partido' con los formatos de siempre, les ha paralizado el ascenso.
En resumen los nuevos tiempos que nadie esta interpretando correctamente, salen de las ideas de siempre y de todos, actualmente con estrategias de pena y tácticas de gente desconectada tenemos la realidad que nos merecemos. Coincido otra vez con Marc Vidal en todo lo dicho y que "Cuando la realidad haga ‘turn on’, va a ser divertido".





