Wert es un desastre

El espectáculo de un Ministro manteniendo la coherencia de una posición absolutamente descerebrada para, a las 24 horas, rectificarla sin el menor empacho sería un verdadero escándalo en cualquier país civilizado, pero miren por dónde a mi no me ha pillado por sorpresa. Me estoy refiriendo, claro, al asunto de la limitación de las becas Erasmus.

Fue la semana pasada cuando, hablando con entidades del sector educativo plenamente involucradas en Madrid en la tramitación parlamentaria del proyecto de la LOMCE, un miembro destacado me aseguró que el problema con que se encontraban para que les admitieran sus aportaciones no era de orden ideológico, ni nada por el estilo. El problema es Wert. Cuando le pedí que me explicara lo que me estaba diciendo -soy un poco duro de mollera- me aclaró que llevaban meses trabajando con destacados miembros del Partido Popular y también con su grupo parlamentario, habiendo logrado significativos y esperanzadores avances en orden a evitar que la segunda ley educativa del PP naciera, como la Ley de Calidad, muerta, algo que cualquier persona del mundo educativo, incluso las más alejadas ideológicamente de los populares, no desea. Ya tenemos suficiente con las siete leyes orgánicas precedentes en poco más de treinta años.

Pues bien, resulta que se pacta con los parlamentarios del PP la introducción de enmiendas, que éstos aceptan y entienden sin ningún problema, pero, en cuanto estas aportaciones pasan a ser informadas por el gabinete del Ministro de Educación son sistemáticamente rechazadas por éste o por el entorno más inmediato de la Secretaria de Estado, Montserrat Gomendio (curiosamente, su pareja). Wert contra su partido, dejadme solo. Caudillismo y mesianismo por doquier, lo que le faltaba al sector de la enseñanza.

Ayer, Rajoy y el PP en su conjunto pusieron a Wert en su lugar obligándole a rectificar, lo que de tener una cierta dignidad política habría acarreado su inmediata dimisión. Lo triste es que Rajoy no se atreve a hacer lo mismo con el proyecto de ley de la LOMCE, que se encuentra ya en sus últimas fases de tramitación y nos aboca a un nuevo fracaso.

Sin embargo, y aunque parezca un sinsentido, lo mejor que podría hacer el presidente del gobierno es cesar fulminantemente a Wert y a Gomendio, retirar el proyecto de la LOMCE y, de una vez por todas, nombrar un nuevo ministro que conozca la materia tan delicada que tiene entre manos para elaborar una nueva norma con el grado de consenso que toda la sociedad les está pidiendo a los partidos mayoritarios. No duden que el PP tiene en sus filas gente experta y sin el halo de intolerancia de que hace gala Wert. Les apunto un nombre: Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado. Si acierto, hasta le pago una caña a mi editor. O dos.

 

 

 

 

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