No ha gustado entre los lectores de mallorcadiario.com el código de conducta interno recientemente impuesto en el Real Mallorca. Así, el 63% desaprueba este "manual de conducta", frente al 37% restante que no lo ven mal.
Se trata de 11 artículos que regulan lo que pueden y no pueden hacer los jugadores, ya sea a nivel de presencia o de comportamiento.
En los vestuarios, los jugadores no pueden jugar con la pelota, o romper nada del material que componen éstos. Como si de un colegio y de unos malcriados niños fueran los habitantes, el club establece multas económicas de cuantías irrisorias para los infractores, y en un paso más allá, establece una multa comunitaria a toda la plantilla si no aparece el infractor.
En el apartado de presencia personal, el club ha prohibido a los jugadores llevar pendientes o un peinado no coherente con la imagen del club, en aquellos actos a los que acudan en representación del equipo. Igualmente se les prohíbe jugar a las máquinas tragaperras, ya sean del bar del interior del estadio o de fuera de él.
Una más de las restricciones afecta al tiempo libre de los jugadores en los desplazamientos. No está permitido jugar a nada en lo que se apueste dinero, o simplemente que roben demasiado tiempo a los jugadores o pueda generar enfrentamientos o disputas entre ellos.
Finalmente, de nuevo como si un colegio se tratara, se estipula que a la hora de comer, todos se sentarán en la mesa a la señal del entrenador o de la persona delegada para ello, que dará la señal a los jugadores.







