Si, nunca es tarde si la dicha llega y al fin el Mallorca, después de cinco jornadas, ha cumplido de acuerdo con lo que se le ha de exigir. La víctima ha sido un pobre Llagostera que ya ocupa posiciones de descenso y pone de manifiesto el bajísimo nivel del este grupo tercero de Segunda B. Ahora bien, que nadie tire cohetes porque ser cabeza de esta categoría no es ningún logro, aunque haya quien prefiera ganar en competiciones de baja estofa antes que jugársela en un campeonato de más envergadura.
Quien ha superado sus expectativas es el Atlético Baleares, no porque haya empatado en el feudo de uno de los favoritos, el Elche, sino por cómo lo ha hecho. Ha empatado en momentos clave, si, a uno en tiempo añadido a la primera parte y a tres en el minuto 89, pero lo que da valor al resultado es la decisión con la que ha afrontado el choque. Ni siquiera con el marcador a favor que con el 1-2 le duró poco, se ha echado atrás. En ningún momento ha dejado de buscar, con sus armas, claro está, la portería adversaria quizás consciente de que el potencial ofensivo franjiverde contrasta con sus facilidades defensivas. Los blanquiazules llegan bien colocados a una fase más amable del calendario.
También en el último suspiro la Penya de Santa Eularia ha arrancado un punto de Olot y para el Formentera es bueno todo lo que sea sumar, ya fuera en casa o al otro lado del mar. Por tanto acabamos de vivir una jornada sin sobresaltos en la que cada uno de los equipos insulares ha cumplido sus objetivos. Otras veces no ocurrirá. El camino es largo y, sin duda, lleno de espinas, pero hoy toca sonreír. Buena jornada, la sexta.
