El populista y expopular Jaume Font convocó a la prensa el pasado miércoles para anunciar el fruto de dos semanas de mucho pensar y, según dijo, de hablar con todos, incluso con algunos que no estoy autorizado a revelar. Irónicamente, el político de sa Pobla eligió una cafetería de la Plaza de España para proclamar su proyecto regionalista, si bien podrá decir en su descarga que el lugar era muy indicado por estar frente a la estatua ecuestre del conqueridor Jaume I. Como ya es sabido, el pobler aseguró que no se coaligaría con nadie pero que en su Lliga Regionalista caben todos y que su proyecto es el de un partido con vocación localista pero con carácter moderado. O sea, ni españolista ni antiespañolista. Simplemente nostro. Pero, ¿a quién beneficia la jugada de Font? Está claro que a los restos de la formación de Maria Antònia Munar no. UM fue el partido que se dió por aludido. Su presidente Josep Melià envió topos a la rueda de prensa para poder anunciar pocos minutos después su reacción al anuncio de Font. Melià no tuvo problema en seguir el farol y decir que la decisión de Font no nos afecta y -lo que él mismo teme que sea falso de solemnidad- que no restará votos a UM. No sólo le quitaría votos en mayo, no descarten que después de las elecciones UM pudiera ser literalmente fagocitada por la Lliga de Font. En el PSOE también estaban enfriando champán por si finalmente ocurría lo que no ha pasado: que la Lliga de Font y la UM de Melià se fusionaran y concurrieran en coalición. De haber sido así podrían compensar la pérdida de opciones que supone para Antich la fractura del Bloc y la atomización de la izquierda por la parte nacionalista. Pero no ha sido así. Al PSIB se le encogen los socios a ambos lados y el champán sigue, helado, sin abrir en la calle Miracle. Sólo queda el PP, el partido que más se juega y, a la vez, el que a priori iba a pagar los platos rotos. Mallorcadiario adelantaba que el PP de sa Pobla decidió el Día de los Enamorados ponerse en marcha sin Font y “con total tranquilidad”. La junta local del feudo de Font se mantenía fiel al PP. Luego haría lo mismo la de Mancor disipándose así la idea de una fractura pro-Lliga en el seno del PP en la part forana. Pasado el mal trago, ahora en el PP están deseando que Font consiga apoyos para poder presentarse porque socavaría los votos de UM y acercaría la posibilidad de una mayoría absoluta de Bauzá fomentada en un rotundo éxito en Mallorca. Armengol también ayuda. ¿Y a Font? ¿Le beneficia su propia estrategia? Muchos creen que no. Le critican su jugada.aunque, de entrada, con sus idas y venidas ha dejado en evidencia a Melià que, al parecer, ha perdut sa xabeta. Y es cierto que el espectro político está libre en la zona que Font quiere protagonizar. El centro moderado y regionalista está vacío y el único inquilino de esa vecindad, UM, está tan tocado que veremos qué pasa después de mayo. Esto no es una ciencia exacta. La estrategia de Font dará frutos en función de su respaldo. Tal vez no sea esta vez, al fin y al cabo podría decirse que queda poco aunque la velocidad, en todo caso, la marcará la economía del proyecto. Un éxito lento podría llevarle en un año al Congreso. Una oportunidad que podría utilizar para, con el ejemplo de Sampol, quitarse la espina de su escasa acción en su anterior etapa como senador. O podría ser en 2015 o quien sabe si más adelante. No olviden una de las frases del pobler en la cafetería de la Plaza de España –frase que, por cierto, pasó prácticamente desapercibida-: Puede que yo no esté cuando este paso que doy hoy dé sus frutos. Puede que sea otro hombre u otra mujer.
