Desde el pasado mes de noviembre, los vecinos de Son Espanyol, Son Sardina, sa Garriga, Establiments y la zona rural del Secar de la Real somos los conejillos de Indias de Palma con la recogida selectiva de basura puerta a puerta instaurada por Cort. Este sistema consiste en entregar los residuos, separados previamente, enfrente de la puerta de casa o en un punto cercano, en unos días y horas determinados para cada fracción (rechazo, papel y cartón, vidrio, materia orgánica y envases), de acuerdo con el calendario establecido por el Ayuntamiento.
Dice EMAYA que es el sistema más eficiente para incrementar el reciclaje. No lo discutiré, aunque tenga mis dudas. También aseguran que es el más cómodo y práctico para la ciudadanía o así nos lo explicaron antes de ponerlo en marcha, pero esto no se ajusta a la realidad. Para el resto de vecinos de Palma, la inmensa mayoría, les explicaré sucintamente cómo funciona este sistema.
De entrada, cada vecino debe tener, como mínimo, dos cubos, uno para los restos orgánicos y otro, de tamaño considerable, para sacar el vidrio y el cartón. De entrada, en algunas viviendas, si uno no tiene una terraza o un patio exterior, dónde dejar los cubos puede convertirse en un quebradero de cabeza.
Después has de aprenderte el calendario semanal para sacar cada fracción el día que toca, porque no todos los días puedes sacar los restos orgánicos o, por ejemplo, los pañales, en el caso de un domicilio con bebés, que son los desechos que más huelen. Por ejemplo, si usted quiere comer o cenar pescado, asegúrese primero de que esa misma noche podrá sacar los restos orgánicos porque, si no, se los tendrá que guardar en su casa hasta el día que toque, haciendo de ambientador natural.
Conviene no equivocarse de día, porque, si no, los empleados de EMAYA no lo recogerán y el cubo o la bolsa se quedarán decorando la calle hasta que el vecino lo retire.
Tampoco es un sistema que agilice la recogida. Te dicen que los residuos se saquen a la calle, en sus respectivos recipientes, por la noche, pero cuando uno sale de casa al día siguiente para ir a trabajar o llevar los niños al colegio, se encuentra que la basura sigue sin recogerse, con lo que ha de dejar el cubo en la calle hasta regresar. Ahora, en invierno, esta circunstancia puede asumirse, pero ¿se imaginan la basura en la calle toda la noche y parte de la mañana en pleno verano? Además del desagradable olor, todo un manjar para cucarachas y roedores.
El mismo mes que el Ayuntamiento de Palma ponía en marcha el sistema de recogida puerta a puerta, el de Barcelona se veía obligado a modificarlo cuatro meses después de implantarlo en el barrio de Sant Andreu, debido a las numerosas quejas vecinales, ante el incremento de la suciedad y de plagas de cucarachas y ratas.
El consistorio catalán ha optado por "flexibilizar" la recogida de la basura orgánica y se ha visto obligado a eliminar la aportación de orgánica en cubo individual. Para ello, ha vuelto a instalar contenedores inteligentes para el residuo orgánico, de manera que los vecinos pueden sacar todos los días esta fracción y no tienen que guardársela en su casa durante un par de días. Una medida razonable y que, teniendo en cuenta la querencia de nuestros gobernantes municipales por todo lo que viene de la Ciudad Condal, podrían imitar cuanto antes.
Porque cuanto más fácil nos lo pongan a los ciudadanos, cuanto más cómodo sea el sistema de recogida, cuantos menos inconvenientes suponga, más colaboración habrá por parte de todos y más cantidad de residuos se separarán. Dicho esto, no me puedo imaginar algunos barrios de Palma con esta recogida puerta a puerta, en especial aquellos que concentran edificios plurifamiliares, donde viven decenas de vecinos. Si todos tienen que sacar el cubo a la misma hora y dejarlo allí toda la noche, no habrá sitio para pasar por las aceras, que se convertirán en una especie de tetris oloroso.