Da igual si es el PP, el PSOE o el sum sum corda. Todos se llenan la boca de la magnífica frase: “Queremos y apostamos por una educación pública de calidad”. (risas). Me troncho. Qué mentira más grande. O tal vez los políticos utilicen el recurso literario de la hipérbole para enfatizar su discurso.
Lamentablemente, no me lo creo. Más que nada, porque el sistema, a pesar de haberlo reformado ene veces, sigue haciendo aguas. Y además, también porque la pasada semana se publicaron el ránking de los mejores centros educativos de nuestra comunidad autónoma. En la lista de los once, no aparece ningún centro público. Todos son concertados o privados.
De esta evidencia podemos extraer varias conclusiones. La primera, los partidos políticos que denostan la educación concertada deberían rebajar el discurso contra este tipo de centros ya que en estos momentos, aproximadamente, atienden a un 40% de la población escolar.
La segunda reflexión, vistos los resultados, tan mal, no lo deben estar haciendo. En mis años de estudios universitarios me enseñaron que lo que funciona hay que copiarlo. Quizás, el sistema público de educación debería copiar en algunos aspectos la organización de la escuela concertada con lo que podríamos comparar si el sistema funciona o no.
Evidentemente, a día de hoy, no podemos comparar la pública con la privada-concertada porque no estamos en el mismo nivel de comparación. Sin embargo, la educación pública aún teniendo muchas cosas mejores que la concertada, no le estamos sacando el resultado que debería.
Yo apuesto por una educación pública de calidad real. Estoy convencido de que otra educación pública es posible. Para ello solo tenemos que empezar a concienciar de esta consigna a la sociedad y a los que formamos parte del sistema
En los países con mejores resultados académicos, los centros públicos son los más demandados. Sin embargo, aquí en España, algunos de los centros públicos se convierten en “culs de sacs” donde recaen una amalgama de alumnos diferentes. Si queremos obtener los mejores resultados académicos en la escuela pública, tenemos que empezar a pensar en un diseño del sistema que iguale a nuestros alumnos por arriba y potencie la excelencia y el talento.
Mientras tanto, seguiremos a la cola de todo.