Esta semana informaba el digital dosmanzanas.com que una agente de la Guardia Civil destinada en Galicia ha intentado quitarse la vida después de denunciar acoso homofóbico por parte de sus superiores. Esta noticia nos hubiese parecido de lo más normal hace unos años pero en esta España nuestra en la que la homosexualidad ya se ve con normalidad por parte de una amplia mayoría de la población y en la que el Matrimonio Igualitario es una realidad esta historia chirría y da mucho que pensar sobre la normalización del hecho homosexual en las filas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del Ejército.
Mucho ha llovido desde aquella histórica portada de la revista ZERO en la que el por aquel entonces guardia civil Joan Miquel Perpinyà salía del armario y abría una ventana que pensábamos que nunca más se volvería a cerrar. En una España macha y machista en la que aún se utiliza la palabra maricón como insulto humillante y los delitos de odio a homosexuales crecen sin parar la Guardia Civil debe ser uno de los cuerpos responsables de hacer que se cumpla la Ley y no se puede permitir que aún haya miembros homófobos entre sus filas que si son capaces de humillar y acosar a los suyos hasta empujarles al suicidio que no harán con los ciudadanos LGTBI de a pie.
Con un Gobierno conservador al que la homosexualidad le produce resquemor y unos medios de comunicación anclados aún en el pasado es imposible ver un horizonte de esperanza. Hace falta una Ley Estatal LGTBI como la que ya hay en Cataluña o Andalucía y los responsables de hacer cumplir la Ley han de ser ejemplares. ¿Qué podemos esperar cuando el propio Ministro
de Interior que pertenece al ala más derechona y católica del PP es incapaz de reconocer la igualdad LGTBI a pesar de que desde el año 2005 las parejas homosexuales son iguales que las heterosexuales? Seguramente intentarán pasar página y enterrar este caso para evitar dar una imagen de ser un Gobierno homófobo y discriminador. El Gobierno que se forme después del 20D debe hacer limpieza entre las filas de la Guardia Civil, Policía y Ejército para que los ciudadanos LGTBI puedan confiar en que si algún día van a necesitar ser protegidos no teman ser atacados o humillados por sus protectores.






