No es que vaya a desaparecer del mercado. Ni él, ni las distintas versiones del antidepresivo más conocido del mundo, la fluoxetina. Sin embargo, a partir de este mes, el Prozac como marca registrada ya no se financia públicamente ni está disponible con recetas de la Seguridad Social. Lilly, la empresa que impulsó la investigación y la introducción en el mercado del producto, ha solicitado la desfinanciación por el SNS, para pasar al mercado libre. La normativa actual promociona más la copia que el original. De hecho, la legislación, discrimina la marca y favorece la especialidad genérica incluso a igualdad de precio. De ahí que se esté produciendo un fenómeno hasta ahora poco conocido, por el cual, productos punteros que han perdido la protección de la patente, se ven obligadas a solicitar su exclusión de la financiación pública para frenar la continua pérdida de cuota de mercado. En este mismo sentido al analizar la evolución de los 416 medicamentos para síntomas considerados menores, excluidos hace un año de la financiación pública observamos que, en términos generales, han disminuido las ventas. Veinte de ellos han desaparecido del mercado; otros 100 han mantenido los niveles de ingresos a costa de aumentar sus precios. Curiosamente, en algunos productos, la desfinanciación ha dado lugar a un doble precio en función de su indicación terapéutica y del financiador. Fruto de todo ello, es el lógico desplazamiento hacia productos más caros. En otro orden de cosas, la promoción de la copia en lugar del original ha provocado una fuerte caída del empleo vinculado a la industria farmacéutica, en todos los eslabones; en la investigación, en la cadena productiva y en la comercialización. En esta misma línea, la reducción del tiempo de patente ha marcado una tendencia alcista en los precios de las nuevas moléculas que está ralentizando la utilización de medicamentos que aportan grandes avances terapéuticos. La política de regulación de precios del sector farmacéutico es compleja y debe mantener un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad. La comunidad profesional entiende que sería conveniente dar más peso a las variables coste efectivas y a la certidumbre empresarial frente a las apuestas cortoplacistas de la reducción indiscriminada de precios. El camino más corto no siempre es la línea recta.





