Aleluya con la PAU

La intercambiabilidad de códigos lingüísticos, en algunas ocasiones, puede pasarnos malas jugadas. Aleluya con la Paz, habrán leído algunos. Bueno… algo de relación sí tiene. Aunque ni en los periodos álgidos de celebración de festividades religiosas, creo que se ha rezado tanto como estos tres últimos días. Hoy, justamente, es la festividad musulmana del cordero; pero no. No tiene que ver con la religión sino con la lengua. Y es que la acronimia se ha puesto de moda, y este es un ejemplo más de que el cortoplacismo y la inmediatez reinan en nuestro día a día.

Al igual que ha reinado la paz en la PAU. Después de tres días de exámenes, ayer se dio carpetazo a la primera y novedosa convocatoria de selectividad. Una convocatoria que ha pasado sin generar excesivo ruido con las nuevas introducciones en las pruebas. Los alumnos, satisfechos; los padres, también; y los profesores respiran tranquilos después de ver que las preguntas podían ser contestadas por sus pupilos.

Las comparaciones son odiosas. Ahora iniciamos la retahíla de comentarios en los que se dirá (me lo invento) que en Extremadura el examen de Historia de España ha sido más fácil que en La Rioja o que el de filosofía de Cantabria no sabían responderlo ni los mismos profesores. Pues sin que sirva de precedente y recurriendo a “esta es la excepción que confirma la regla” estas comparaciones son necesarias para concienciar de la necesidad y la importancia de tener una PAU única. De esta manera se podrá garantizar la real y efectiva igualdad de oportunidades de unos chavales que van a competir entre sí, independientemente de donde vivan, a una plaza universitaria. Y esto cobra especial relevancia e importancia porque el distrito universitario es único y para matricularse en una plaza universitaria en Madrid van a competir alumnos de las diecisiete comunidades autónomas. Creo que es fácil de entender. 

El Gobierno ha dado un paso al frente unificando, un poco, los criterios de las elaboraciones de las pruebas en todo el territorio por igual. Era necesario porque el currículo de Bachillerato iba, por un lado, y la PAU, por otro. Pero todavía sigue siendo insuficiente. Tenemos que seguir avanzando en esta senda en aras a preservar la igualdad para todos.

Al final, ¿PAU o PAZ? Pues ambas, siempre. Ahora los alumnos ya pueden ir en paz con la PAU terminada a disfrutar del estío. Porque con una PAU en paz, otra educación es posible. 

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