Tendría mucho trabajo Maheta Molango para explicar en qué mejora Sasa Zdjelar a Damiá Sabater. El día que algún valiente se digne tirar de hemeroteca, al suizo le deberían salir los colores por caer en un renuncio detrás de otro. Saúl García tampoco supera a Oriol en nada o, diré más aún, a Juanjo Nieto salvo por su condición de zurdo. Desde todo punto de vista, el Mallorca no necesita extremos, ni más centrocampistas, pero en cambio no vendría mal un tercer central, Ansotegui es el cuarto, y, sobre todo, un delantero centro. Pero, claro, el gol se cotiza y en el club no hay un euro para pagarlo.
Los números son preocupantes y no solo los que se refieren a la caja de caudales, con más telarañas que billetes, sino a los estrictamente deportivos. El Mallorca ha sumado veinticinco puntos en las primeras veintitrés jornadas, lo cual implica añadir otro tanto para asegurar la permanencia en la categoría. único, urgente e imprescindible objetivo a la vista. Hablamos de alcanzar cincuenta puntos o alguno más, porque con esta cifra descendió el Mirandés en la temporada 2013-14, el Cádiz y el Murcia en la 2009-10, el Racing de Ferrol en la 2008-09 o el Levante en la 2001-02, por no remontarnos más atrás. Las matemáticas indican que los de Olaizola deben ganar no menos de ocho o nueve partidos de los diecinueve restantes cuando en toda la primera vuelta solo han salido victoriosos en cuatro y a base de empates será complicado. No es ninguna broma como para andar jugando al FIFA 2017 con la “Play”.
Desde sus malas experiencias en Almería y Soria ha cambiado el comportamiento del equipo, cierto, aunque no su rendimiento. De hecho los resultados cosechados no se corresponden con el esfuerzo desarrollado y el desgaste sufrido. Es como nadar hasta la extenuación para llegar muerto a la orilla. ¡Cuidadín, cuidadín!
