Los hechos ocurrieron a las 01.30 horas de este domingo cuando una patrulla se dirigió a una calle de la barriada de La Vileta para resolver una queja vecinal por unos ruidos y música alta, según han informado en una nota de prensa.
Al llegar allí, los policías se entrevistaron en la calle con un vecino que reconoció ser el causante de las molestias, entonces los agentes le solicitaron la documentación, a lo que les respondió que la tenía en su casa y los tres fueron hacia el domicilio.
Cuando estaban en el rellano del domicilio y ya les había dado el DNI, el individuo empezó a insultarlos con frases obscenas y desprecios. Ante esta actitud repentina, los agentes le dijeron que lo denunciarían por estas manifestaciones y le pidieron que les acompañara al coche patrulla donde rellenarían las denuncias y le darían la copia correspondiente.
En aquel momento, el hombre entró en su casa y, después de cerrar la puerta, siguió con los insultos y desprecios alusivos a la condición de agentes de los actuantes. Para evitar un incremento de la tensión y dado que ya disponían de la identificación completa, los policías decidieron bajar hacia el coche patrulla y, al llegar, vieron que el parabrisas tenía una fractura parcial.
Un vecino les dijo que cuando ellos estaban en el edificio, la persona que subió con ellos había lanzado objetos desde el balcón que parecían piedras y que uno de ellos había impactado en el parabrisas.
Los agentes volvieron subir al domicilio del identificado, que les abrió la puerta y salió al rellano donde procedieron a su detención por un presunto delito de daños intencionados.
Durante el traslado a las dependencias policiales, el detenido mantuvo la actitud "insultante" y golpeó el interior del vehículo policial en repetidas ocasiones. Una vez en las dependencias de Sant Ferran solicitó atención médica, por lo que otra dotación le condujo al hospital de Son Espases.
En el trayecto volvió a golpear la mampara de seguridad, por lo que provocó algunos daños y ya en el servicio de urgencias fue necesario asegurarlo de manos y pies para evitar que lesionara a otras personas o a sí mismo, todo ello con más insultos y amenazas de muerte hacia los agentes.
El detenido quedó ingresado y al regresar los agentes ampliaron la denuncia inicial, por lo que el instructor del atestado añadió el delito de amenazas a agentes de la autoridad. Las penas por estos delitos pueden llegar a los 3 años de prisión y a los 24 meses de multa.