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'Dependemos del sol y playa, pero no podemos renunciar a otros valores'
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"Dependemos del sol y playa, pero no podemos renunciar a otros valores"

sábado 07 de diciembre de 2019, 07:00h

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Andreu Serra Martínez (Palma, 1976) dirige, desde su cargo como conseller ejecutivo de Turisme i Esports del Consell de Mallorca, las competencias de promoción turística de la isla. Licenciado en Psicopedagogía, su trayectoria política ha discurrido, principalmente, en el ámbito municipal, habiendo ocupado, entre otros, los cargos de teniente de alcalde del Ayuntamiento de Calvià, presidente de la empresa de servicios Calvià 2000 y portavoz del grupo Socialista. Tras medio año al frente de sus actuales responsabilidades, su horizonte más inmediato es la presentación, el próximo mes de enero, del documento del Plan Estratégico destinado a acoger los objetivos y prioridades que han de enmarcar la actuación del Consell en materia turística.

¿Qué actuaciones está realizando el Consell para promocionar la imagen turística de Mallorca?

El gobierno insular ejerce las competencias de promoción turística desde hace relativamente poco tiempo, en concreto desde abril de 2018. Durante este período, y especialmente en estos inicios de la presente legislatura, el objetivo ha consistido en elaborar una hoja de ruta que nos permita determinar cuáles han de ser las prioridades y a partir de qué actuaciones debemos materializarlas. Y todo ello en base a una serie de ideas claves, que pueden resumirse en tres puntos esenciales: la puesta en valor de la marca Mallorca dentro del contexto turístico; el fomento de la colaboración público-privada; y, finalmente, pero no menos importante, el trabajo en equipo con otras administraciones y, por supuesto, también con los agentes económicos y sociales del sector. Con todos ellos, naturalmente, desde las agencias de viaje hasta los establecimientos hoteleros y sin olvidar al comercio y la oferta complementaria. Todos estos criterios, rigurosamente detallados y temporalizados, y asociados a actuaciones concretas, formarán parte del Plan Estratégico que tenemos previsto presentar públicamente en el transcurso de un gran acto que llevaremos a cabo el próximo 14 de enero.

Vayamos, pues, por partes. ¿Cómo poner en valor la marca Mallorca?

Esta isla es uno de los principales destinos turísticos del mundo. Creo que nadie puede albergar ninguna duda sobre ello. Sin embargo, su especialización en la oferta vacacional ha respondido, históricamente, al patrón del turismo de sol y playa. ¿Hemos de erradicar este tipo de demanda? Por supuesto que no, porque de su mantenimiento depende que el conjunto de la oferta turística, en buena parte orientada a este tipo de actividad, tenga capacidad para seguir subsistiendo y generar puestos de trabajo. ¿Cuál ha de ser la apuesta, entonces? Simplemente, sumar. Es decir, a la especialización en la que Mallorca ejerce un liderazgo mundial indiscutible, añadirle otros aspectos. A mí me gusta utilizar la palabra 'valor'. Porque de eso se trata, ni más ni menos, de añadir valor a la oferta que ya está completamente consolidada.

"El 14 de enero presentaremos públicamente nuestro Plan Estratégico en el transcurso de un gran acto"

¿Y sobre qué aspectos habría que incidir, en este sentido?

Pondré algunos ejemplos: la gastronomía, la enología, el patrimonio, la artesanía, la cultura... Mallorca es un compendio de estas y de otras muchas riquezas. Y todas ellas pueden sumar valor al producto turístico. Pensemos en la Serra de Tramuntana, por ejemplo. O en la 'pedra en sec'. O, por qué no, en la calidad de los vinos que se elaboran en la isla. O en las ferias y muestras gastronómicas, de las que TaPalma, por cierto, es un claro referente. Tampoco hemos de dejar de lado el turismo de congresos y convenciones, o las rutas cicloturísticas. Hay tanto por descubrir y por disfrutar en Mallorca que una buena labor de promoción turística no puede, ni debe, olvidarse de todo este bagaje inmenso.

Recurrir a esta valorización, como usted dice, de la marca Mallorca, ¿es la mejor opción frente a la estacionalidad?

Es la mejor opción en todos los sentidos. Al fin y al cabo, a nivel turístico, todos luchamos por un mismo objetivo: hacer posible que la principal actividad económica de esta tierra proporcione riqueza al mayor número posible de personas, y durante el plazo más amplio que se pueda en el transcurso del año. Si nos limitamos a promocionar Mallorca exclusivamente desde el punto de vista de los criterios del turismo de sol y playa, estaremos despreciando todos estos otros valores que formen parte, también, y por derecho propio, de la cultura, la historia y, en definitiva, la idiosincrasia de la isla. Más que nada, se trata de convencer a nuestros visitantes de que, por supuesto, vale la pena visitar Mallorca por nuestro clima y por nuestro sol, pero también por muchos otros motivos, es decir, estos elementos que, como decía, hay que poner en valor. Y hacerlo, además, desde una perspectiva de sostenibilidad. Esto último es muy importante.

"Las administraciones públicas y el sector privado han de saber llevar adelante iniciativas conjuntas"

¿A qué se refiere, exactamente?

Mire, las exigencias que plantean los principales mercados turísticos han cambiado. Hoy, todos ellos, sin exclusión, reclaman que en los destinos vacacionales se priorice expresamente la gestión del entorno ambiental. Por eso, hay que apostar sin dudarlo por la sostenibilidad. Le pondré un ejemplo. Imagine una convención a la acuden centenares de congresistas procedentes de Alemania, Reino Unido o cualquier otro país. Si estos clientes observan, en el hotel donde se les ha alojado, que se hace un uso excesivo y abusivo del papel, o de los plásticos, inmediatamente anotan un punto negativo a ese destino. Y, desde luego, dan a conocer sus protestas en los foros que corresponda. Hoy en día, la sostenibilidad ya no es una quimera de unos pocos. Es la preocupación de muchos, y en esa labor que comentaba anteriormente de añadir valor al producto turístico de Mallorca, las actuaciones tendentes a cuidar el Medio Ambiente y luchar contra el cambio climático han de ser contempladas rigurosamente.

Hablaba usted de la colaboración público-privada como otro de los ejes sobre los que ha de pivotar la promoción turística...

Así es, sin duda. Difícilmente podría ser de otra manera. De cada vez será más habitual que los grandes proyectos en un sector tan complejo como el vacacional puedan ser ejecutados si nos damos la espalda los unos a los otros. Las administraciones públicas y el sector privado han de saber llevar adelante iniciativas conjuntas e ir de la mano, porque, reiterando el argumento que he esgrimido antes, el objetivo que nos guía es exactamente el mismo. En el caso de Mallorca, el impulso a los productos gastronómicos de la isla, o a la creación artesana, por poner dos ejemplos concretos, no puede abordarse solo desde un lado o desde el otro. Son ambas instancias, la pública y la privada, las que deben colaborar para que estas propuestas cuenten con más recursos, adquieran mayor notoriedad y sean capaces de llegar a un público más diverso. Afortunadamente, en Mallorca, se opta cada vez más frecuentemente por esta vía.

El Consell ejerce las competencias de promoción, pero otros aspectos de la gestión turística se hallan en manos de otras administraciones. En estas circunstancias, ¿se impone necesariamente la coordinación?

Por supuesto. Es el tercer gran eje de nuestro planteamiento. En esta línea, colaboramos intensamente con el Govern autonómico para prestarle nuestro apoyo en todas aquellas cuestiones que le corresponde legislar o ejecutar, vinculadas al sector turístico. Es crucial que esta labor se desarrolle desde este criterio de cooperación. Y esto mismo cabe apuntar en relación a las otras islas. Aunque Menorca, Ibiza y Formentera desarrollan, a través de sus respectivos gobiernos insulares, sus respectivas políticas de promoción turística, como lo hace también Mallorca, mantenemos un contacto permanente, con reuniones y encuentros periódicos por parte de los directores insulares y los técnicos turísticos.

"Antes no llegaban cruceros; ahora tenemos la oportunidad de regularlos"

Ya que lo ha mencionado, ¿es mejor, y más efectivo, promocionar cada isla por separado, en lugar de considerar Baleares como una única marca turítica?

Ambos criterios son plausibles. En efecto, cada territorio insular acoge sus peculiaridades y eso exige desarrollar una tarea promocional específica, que incida en estas especificidades. Ahora bien, no olvidemos que, a la vez, todos formamos parte de una gran marca que se llama Illes Balears y que, a este respecto, compartimos numerosos aspectos y valores. Pienso que el planteamiento promocional por el que se ha optado en la edición de la World Travel Market recientemente celebrada en Londres conjuga perfectamente ambas prioridades. En el transcurso de esta feria dirigida a la captación del mercado británico, todos los consells insulares nos situamos en un mismo stand, el de las Illes Balears, pero, una vez dentro, los visitantes tenían la posibilidad de acceder a información específica de cada isla. Creo que ese es el camino: diversidad, pluralidad y, al mismo tiempo, pertenencia a unas señas de identidad en común que unen a los cuatro territorios del archipiélago.

La imagen de Mallorca en los mercados emisores se ve continuamente perjudicada por el denominado turismo de excesos. ¿Cómo se puede actuar contra este fenónemo?

Mandando un mensaje muy alto y muy claro a estos mercados: en Mallorca estamos completamente en contra de este tipo de oferta. No la queremos. No la pretendemos. Y, por supuesto, no es bienvenida. El Consell no ejerce las competencias para regular directamente este tipo de situaciones, pero hemos expresado al Govern, y también a los ayuntamientos turísticos que padecen este problema, nuestra predisposición a secundar y promover cualquier actuación que redunde en esta línea. A nuestro juicio, en Mallorca, el turismo de excesos va íntimamente unido al turismo de borrachera. Si conseguimos restringir esta práctica, tendremos mucho ganado. Conozco bien el tema por mi experiencia como concejal en Calvià, y sé que existen alternativas que se muestran efectivas cuando se aplican con rigurosidad. Por ejemplo, hay que aprovechar todas las posibilidades que nos otorga el marco legal para restringir al máximo toda la oferta basada en la venta de alcohol a precios económicos mediante modalidades como la 'happy hour'.

"El turismo de excesos va íntimamente unido al turismo de borrachera. Si conseguimos restringir esta práctica, tendremos mucho ganado"

El turismo de cruceros es otro de los puntos calientes que están sobre la mesa. Aunque las competencias correspondan a otras instituciones, ¿cuál es su punto de vista como responsable de la política turística del Consell de Mallorca?

No hace muchos años, y lo recuerdo muy bien, nos quejábamos de que no llegaban suficientes cruceros a la isla. En ese momento, las administraciones, de común acuerdo con el sector turístico, se afanaban por promocionar Mallorca como un destino preferente de la actividad crucerística. Hoy, todo ha cambiado. Llegan muchos cruceros, es verdad, especialmente al puerto de Palma. Y, por tanto, ha surgido la necesidad de regular esta oferta. Ahora bien, deberíamos congratularnos por el hecho de que ahora estamos en disposición de legislar sobre algo que antes no existía, o que se movía en cifras casi residuales.

Al utilizar el verbo palabra 'regular', ¿propone concretamente limitar?

Propongo regular. ¿Cómo? ¿Hasta cuánto? Mire, estas son cuestiones que no se pueden improvisar, y que, desde luego, han de ser objeto de estudios profundos, rigurosos y serios. Y que han de nacer del consenso de todas las partes implicadas, porque cada una tiene su punto de vista y todos son igualmente respetables. Pongamos el ejemplo de los comerciantes. Yo les entiendo cuando afirman que la llegada de cruceros redunda favorablemente en sus ingresos. Es que es así. Lógicamente, hay que reflexionar sobre muchos otros puntos porque es un tema que contiene una gran cantidad de aristas, y por esta razón es importante que la reflexión que se efectúe sobre cómo ha de ser la oferta de turismo de cruceros en Mallorca, y en las islas en su conjunto, proceda del consenso y de las aportaciones de cada uno de los sectores implicados.

Ya para acabar, y dado que antes se refería a las iniciativas que ayudan a realzar los valores de Mallorca como destino turístico, ¿qué papel considera que puede jugar en este sentido una iniciativa como TaPalma?

He tenido la oportunidad de visitar la edición de este año, recientemente celebrada, y, sinceramente, salí encantado. Me parece una feria que conjuga calidad, diversidad, interés y promoción a partes iguales, y que responde a unos patrones de organización verdaderamente admirables que merece la pena realzar. Tanto es así que, en mi opinión, TaPalma está en condiciones de aspirar a hacerse un hueco en mercados que vayan mucho más allá del marco local. Creo que se trata de un evento que ha adquirido la madurez suficiente como para dar el salto al ámbito nacional e internacional. Otra particularidad interesante de TaPalma es que responde a un esfuerzo colectivo en la línea de la cooperación entre el sector privado y las administraciones públicas que anteriormente le comentaba. Por parte del Consell de Mallorca, nos gustaría, a partir de la próxima edición, intensificar nuestra implicación en TaPalma para potenciar sus instrumentos de promoción. Son actuaciones como ésta, junto a la sostenibilidad y al fomento de la cultura y el patrimonio autóctnos, lo que permitirá ir añadiendo valor a un producto turístico líder como es Mallorca.

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