Los dirigentes de Unió Mallorquina están de enhorabuena. Ya han dejado de pertenecer a un partido de apestados y corruptos para convertirse en una formación clave para la "gobernabilidad de un gobierno progresista en Baleares". Eso sí que tiene mérito. En menos de un año, UM vuelve a ser importante para Antich, y me imagino que también para Armengol y Calvo. Lo importante para Antich es repetir gobierno, cueste lo que cueste. Hace dos meses, me sorprendió el anuncio de José Montilla, ex presidente de la Generalitat de Catalunya, cuando anunció antes de las elecciones que el tripartido no volvería a repetirse. Evidentemente, Montilla confirmaba que la experiencia había sido un fracaso, pero los que iban a votar al dirigente socialista sabían a qué atenerse. Montilla hizo un ejercicio de coherencia política frente a un Antich oportunista y miedoso ante los resultados electorales. En Baleares las cosas son muy diferentes. Antich se aprovecha de UM para ser presidente en 2007 pese a no ganar las elecciones, después les llama corruptos, los expulsa del Govern, y más adelante elogia a sus antiguos socios y dice que serán claves en 2011. Por lo tanto, UM ha conseguido lo que quería. Por poco que se esfuerce, la formación que preside Josep Melià podrá volver a pactar con el PSOE. Para eso, claro, UM tiene que conseguir representación parlamentaria y el PP no obtener mayoría absoluta.
