En el ámbito de los residuos, ¿qué es más importante, la prevención o la gestión?
Sin duda, la prevención es capital. Todo lo que prevenimos ya no lo tenemos que gestionar.
¿La educación medioambiental debe estar circunscrita sólo a las escuelas?
Cuando hablamos de educación ambiental, nuestro objetivo es llegar a toda la sociedad, tanto a las diferentes franjas de edad como a los distintos sectores económicos y agentes sociales. La idea es llegar a todo el mundo. Sí es cierto que las escuelas son una gran herramienta para llegar a un público que está allí y que espera con ganas recibir esa información medioambiental. A los adultos llegamos de otro modo, con campañas de publicidad, de una forma quizás menos directa, pero también hemos de llegar a ellos.
¿Somos hoy ya plenamente conscientes de lo mucho que contaminan los plásticos?
En relación a esta cuestión, creo que hemos avanzado mucho como sociedad y también como ciudadanía que vive en una isla, en nuestro caso rodeada por el Mediterráneo, que es uno de los mares más contaminados del mundo, también por plásticos. Hemos aprendido mucho, pero aún nos queda mucho camino para lograr desterrar los plásticos de nuestro día a día. Evidentemente, seguiremos necesitando cosas de plástico, pero la Ley de Residuos del Govern marcó ya de alguna manera la ruta a seguir contra, por ejemplo, los plásticos de un solo uso. Esta ley se tiene que acabar de implantar y ese tipo de plásticos han de dejar de tener cabida en nuestro día a día.
"Hemos de dejar de considerar los restos orgánicos como un residuo y hemos de considerarlos como lo que son, un recurso para hacer compost"
¿Cómo ha influido la pandemia en ese objetivo?
Es cierto que la pandemia, en algunas cosas, nos ha hecho dar algún pequeño paso atrás, pues por seguridad sanitaria hemos vuelto a emplear algunos plásticos que de alguna manera ya estábamos dejando de utilizar. Aun así, espero que todo esto se revierta rápidamente, para que de igual modo que utilizamos esos plásticos cuando lo necesitamos, los dejemos de emplear cuando ya no sea imprescindible.
¿Están satisfechos con el uso que se hace actualmente de la materia orgánica?
La verdad es que desde nuestro departamento estamos trabajando mucho en cerrar el círculo de la materia orgánica en Mallorca. Teniendo en cuenta la extensión de nuestra isla, la población y el tipo de industria que tenemos, no podemos esperar cerrar todos los círculos de los diferentes tipos de residuos, pero el de la materia orgánica sí que lo podemos cerrar. En ese sentido, hemos de dejar de considerar los restos orgánicos como un residuo y hemos de considerarlos como lo que son, un recurso para hacer compost. Es un recurso que necesitamos. Si no queremos que nuestros campos se deserticen, necesitamos agregarles materia orgánica, en forma de compost. No nos podemos permitir quemar la materia orgánica en la incineradora. Es algo que aún pasa, aunque cada vez en menor cantidad.
¿Tiene algún dato concreto en este sentido?
Las últimas cifras que tenemos de antes de la pandemia nos dicen que el 40 por cien de lo que va en la bolsa doméstica de rechazo y que acaba en la incineradora es materia orgánica. Esto es un desperdicio que no nos podemos permitir.
¿El plan 'Mallorca Circular', presentado este año, intenta corregir esa situación?
Así es. La idea esencial de 'Mallorca Circular' es dar pasos para dejar el modelo de economía lineal que tenemos ahora y avanzar hacia un modelo de economía circular. Debemos dejar de entender los recursos naturales como unas cosas que se extraen de la naturaleza, se procesan, se convierten en algo, las empleamos, las tiramos, se van a la incineradora y se destruyen. Si pudiéramos reducir la extracción de materias primas gracias a un modelo de economía circular eficiente, seríamos más sostenibles y tendríamos más soberanía alimentaria y energética, y de alguna manera nuestra isla se haría más resiliente ante los cambios que nos esperan debido al cambio climático. 'Mallorca Circular' es, en definitiva, un eslogan que pretende resumir esa idea de dar circularidad a la economía de nuestra isla y dejar de perder recursos.
"Hemos aprendido mucho, pero aún nos queda mucho camino para lograr desterrar los plásticos de nuestro día a día"
¿Cuándo se publicará la guía prevista para evitar el derroche alimentario?
Esperamos poder tenerla ya de cara al tercer trimestre de este año, seguramente coincidiendo con la Semana Europea de la Prevención de Residuos. Tendremos esa guía telemáticamente en nuestra web, para que todo el mundo pueda acceder a ella, y además formará parte de nuestras actividades de educación ambiental. Seguramente, la guía estará también disponible en determinadas instalaciones del Consell y en las escuelas.
¿Cuál es la diferencia esencial entre reutilización y reciclaje?
Cuando hablamos de reutilizar, estamos hablando de seguir empleando tal o cual cosa para aquello mismo para lo que fue inicialmente fabricada, aunque a veces sea necesaria una reparación o hacer una puesta a punto. Así, si tenemos por ejemplo una botella de vidrio, reutilizarla significa que la podemos emplear como botella muchísimas veces a lo largo del tiempo. También la estaríamos reutilizando si un día le hiciéramos simplemente un agujero debajo y la empleásemos como florero. En ambos supuestos, la botella no sufriría ningún proceso de transformación por el cual el vidrio se vuelve a convertir en vidrio, se tritura, se funde y se le da otra forma. Esto último sí es reciclar.
Entiendo, sí...
Siguiendo con el ejemplo de la botella, reciclamos cuando recuperamos un objeto, lo reconvertimos en una materia prima y lo utilizamos luego para otra cosa, que puede ser de nuevo otra botella, si bien ya habrá sufrido todo un proceso de transformación. Dicho proceso implicará un gasto de energía o de combustible, o quizás la generación de gases contaminantes. En cambio, cuando sólo reutilizamos un objeto, toda esa situación no se genera. Por tanto, es mejor reutilizar. Sólo cuando algo no se pueda reutilizar ya más, puede dar pie entonces a ser reciclado.
¿Qué competencias específicas tiene cada institución en materia medioambiental?
A nivel de residuos, las normas y las inspecciones las hace el Govern, mientras que en el Consell hacemos el tratamiento de los residuos y los ayuntamientos los recogen. Las competencias están distribuidas así y todo el mundo sabe lo que ha de hacer. Ahora bien, si alguna institución no hace bien su parte, de alguna manera todos fallamos, pues si por ejemplo los ayuntamientos no pueden recoger bien, nosotros no podremos tratar bien, y si las normas o las inspecciones son inadecuadas, no podremos cumplir nuestros objetivos. Por tanto, tenemos que trabajar de forma coordinada para que la gestión sea exitosa y poder dar así un buen servicio a la ciudadanía.
¿Cómo se protege desde el Consell la secular técnica de la 'pedra en sec'?
El Consell lleva ya muchos años trabajando para la conservación de esta técnica, que es muy nuestra y que al final ha dado forma a nuestra isla. Un paso lógico dentro de ese trabajo fue juntarse en su momento con otras regiones de Europa para pedir que esta técnica fuera reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad —reconocimiento que llegó en 2018—. A partir de ahí, el Consell ha seguido trabajando de diversas maneras para proteger esta técnica y potenciarla. Así, tenemos margers en el departamento, que por ejemplo reparan la ruta de la 'pedra en sec', que es la ruta senderista que atraviesa la Serra de Tramuntana. Allí hay elementos extraordinariamente característicos, como el conjunto del Barranco de Biniaraix. Todo eso se ha de mantener y conservar en buen estado.
"Queremos hacer una Mallorca más sostenible, más feminista y más social"
¿Alguna otra iniciativa más en ese sentido?
Sí. Además, hemos trabajado con el Govern para conseguir la cualificación de profesionalidad de los margers, para que puedan tener un título y demostrar que son conocedores de la técnica cuando van a buscar un trabajo o un contrato con la Administración. Seguiremos trabajando en esa línea en favor de la certificación, que es un paso más y que nos permitirá hacer cursos del SOIB. En ese contexto, estamos preparando la Escola de Margers del Consell de Mallorca, que tendrá su sede en Raixa y que comenzará en breve. Por otra parte, a través del Consorci de la Serra de Tramuntana, el Consell da ayudas específicas a municipios y a propietarios para conservar las infraestructuras que puedan tener 'pedra en sec'.
Llegados ya al ecuador de este mandato, ¿cómo está siendo la relación de Unidas Podemos con el PSOE y Més?
Yo creo que la relación es positiva y que el entendimiento es bueno, sin perder de vista que somos tres partidos diferentes y que cada uno tiene sus prioridades, aun compartiendo los objetivos fijados en los Acords de Raixa. Cada formación, desde su propio espacio, también hace el trabajo de "estirar". Nosotros, desde la izquierda del PSOE, también "estiramos" —sonríe—. Aun así, la verdad es que estamos satisfechos del trabajo que hemos podido hacer y que estamos haciendo. Dicho esto, sin duda la pandemia supuso una reordenación de las prioridades que teníamos marcadas, pues algunos objetivos se hicieron más urgentes que otros, si bien los objetivos de hacer una Mallorca más sostenible, más feminista y más social no los hemos abandonado en ningún momento, más bien al contrario, pues hemos profundizado en ellos.
¿La pandemia ha obligado entonces a reorganizar las prioridades?
Sí. Una prueba de ello es que empezamos 2020 con unos Presupuestos y que después, en septiembre, pusimos en marcha el plan 'Mallorca Reacciona', que supuso una reorganización y que contemplaba casi 100 millones de euros provenientes de los Presupuestos. Partiendo de los fondos que teníamos, repartimos esa partida según las prioridades que había en aquel momento, porque no podíamos hacer otra cosa. Nuestro deber era estar al lado de la gente. Eso era lo que teníamos que hacer.
¿Qué nota se pondría hasta ahora?
Esta es una pregunta muy difícil. Como le decía, yo creo que hemos estado al lado de la gente y que eso era lo que nos correspondía hacer cuando empezó la pandemia. En ese sentido, como institución hemos sido rápidos en reorganizarnos. Ahora bien, evidentemente nos hubiera gustado hacer más y hacerlo mejor.
¿No se pone nota entonces?
Es que es muy difícil —sonríe de nuevo—.
¿Cómo afronta el nuevo curso político?
El próximo reto que tenemos ahora es preparar los Presupuestos del próximo año, el tercero de esta legislatura, que sin duda será clave para acabar de conseguir los objetivos previstos en los Acords de Raixa.
¿Destacaría algún objetivo concreto de su departamento para estos próximos meses?
Todos los objetivos son importantes, pero como objetivo realmente transformador, no sé si para este tercer año o para lo que nos queda ya de legislatura, está el seguir avanzando en la gestión de la materia orgánica en Mallorca. En ese sentido, tenemos proyectadas cinco plantas de compostaje, que distribuirán este tratamiento por nuestro territorio y que se sumarán a las tres plantas de mecanización de Son Reus. Nosotros defenderemos que las cinco nuevas plantas se financien con fondos europeos. Si fuera así, deberían estar ya listas en 2026. Esta es una apuesta ambiciosa, pues pienso que si somos capaces de tratar toda la materia orgánica de Mallorca y convertirla en un compost de calidad, incidiremos en el sector primario y en el producto local. Esta iniciativa nos hará de verdad sostenibles, aún no del todo, pero en esta parte sí.
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