La verdadera sinceridad empieza por uno mismo, ya es malo cuando quienes te tienen que evaluar dulcifican el suspenso y magnifican el notable, pero si uno se mira al espejo sin la menor disposición a examinar duramente su conciencia, el desastre interno y externo están asegurados.
El nivel de exigencia con el que se trata al Mallorca es ínfimo. En unos casos por intereses, económicos o informativos, en otros por ignorancia y también por desidia, benevolencia o torpeza, el entorno enaltece hasta alguna derrota y vende las escasas victorias como hitos extraordinarios.
En el diario en el que escribí durante diecisiete años hasta noviembre del 2015 fui recriminado por mis críticas a Utz Claassen y su gestión y, lejos de respetar mi opinión firmada y al contrario de lo que se pregona en sus mismas páginas, me condicionaron en base a que desde el club cortaban los filtros de información si yo perseveraba en mis criterios. Ya no estoy dentro, ignoro en qué medida han cambiado las cosas o si lo han hecho, pero el tiempo creo que ha dictado sentencia a mi favor. Valga a titulo de ejemplo, que no de pataleta. Allá cada cual con su conciencia si es que la tienen.
Pese a los malos resultados que se acumulan, hay quien ya ascendió a los altares a los Saúl, Angeliño o Sasa Zdjelar sin haber empatado con nadie. Aquí alguien hace un partido regular y ya es dios. Digo uno, -no dos, ni tres, ni cuatro- y digo bien.
Las tonterías que ha colocado Maheta Molango a diestro y siniestro en apenas un año, son tan evidentes y numerosas que ya dan para una enciclopedia del disparate. Pero este señor cobra un sueldo de alto ejecutivo que no se corresponde con el balance de su gestión económica y/o deportiva, ruinosa en ambos casos. Por desgracia no es el único que vive y sobrevive a costa de la inversión de Robert Sarver y sus socios que, allá en la distancia, ni sufren ni padecen. Los mallorquinistas, si; seguramente por masoquismo puro. El tipo, que se sepa, se ha permitido hasta no acreditar a un compañero de una emisora de radio porque no le gustaron las preguntas que le hizo en su entrevista. Esto es lo que hay.







