La Sindicatura de Cuentas, un organismo de cien trabajadores que controla las cuentas de Baleares con bastante eficacia, pero que nunca tuvo que haber sido creada porque el Tribunal de Cuentas nos hacía el mismo servicio sin coste alguno, ha dicho algo bastante sensato, lo cual en esta autonomía es inusual: que el Govern debía haber presentado los Presupuestos en el Parlament. No cabía duda legal, no había margen para la confusión, pero como la Ley interesa un bledo a nuestras autoridades, está bien que cada tanto nos recuerden qué es lo que dicen las normas. Hombre, claro. El Parlament tiene como misión básica, central, fundamental, aprobar los Presupuestos. Pero aquí el Govern ni los presenta ni los aprueba, amparándose en que si los hubiera presentado y no se hubieran aprobado, habría prorrogado los anteriores. Efectivamente, si los hubiera presentado y no hubiera contado con votos para aprobarlos, debería prorrogar los que están en vigor. Pero el Govern optó por evitarse el trabajo de tener que redactar un Presupuesto y nos ha llevado a la situación inaudita de que somos una de los pocos lugares del mundo donde no se sabe qué gastan sus instituciones.





