El histórico apagón eléctrico que sumió a la Península Ibérica en el caos este lunes 28 de abril, ha dejado una lección inesperada para Baleares: esta vez, la insularidad y el aislamiento han jugado a favor. Mientras en el continente se paralizaban medios de transporte, se colapsaban vías de comunicación y las telecomunicaciones se saturaban, el archipiélago mantuvo el suministro eléctrico gracias a su sistema autónomo, sin necesidad del cable submarino que lo conecta con la red peninsular.
Esta resiliencia energética, fruto de una planificación que permite operar de forma independiente, ha evitado que Baleares se sumara al apagón generalizado. Sin embargo, la estabilidad eléctrica no ha impedido que los efectos colaterales se hicieran sentir. Los fallos en las telecomunicaciones, con caídas en las redes móviles y fijas, han afectado también a las islas, dificultando las comunicaciones y, por tanto, el acceso puntual a servicios esenciales.
Las autoridades han activado los planes de prevención y han hecho un llamamiento a la población para que reduzca los desplazamientos y se utilice el número de emergencias 112 solo en casos necesarios
Ante esta situación, las autoridades competentes han activado los planes de prevención y han hecho un llamamiento a la población para que reduzca los desplazamientos y se utilice el número de emergencias 112 solo en casos estrictamente necesarios, evitando saturar las líneas y permitiendo una atención eficiente a quienes realmente lo necesitan.
Pero la ciudadanía se pregunta atónita cómo es posible que sucedan cosas así. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuntó a una pérdida súbita de 15 gigavatios de generación en 5 segundos; pero se desconocen las causas de esa desaparición, aunque aseguró que se conocerán.
Hay que confiar en que la normalidad en el suministro eléctrico se recobre paulatinamente en todo el país y que el Gobierno y las empresas suministradoras esclarezcan lo sucedido con prontitud, pues aunque Baleares ha orillado las consecuencias más graves, afortunadamente, son millones las personas que se han visto perjudicadas por una situación extraordinaria que, ahora mismo, no tiene explicación.
