El presidente del PP Balear y del Govern, José Ramón Bauzá, y el presidente del PP-Palma, José María Rodríguez, ya han pactado el final político de Mateu Isern, alcalde de Palma. No hay marcha atrás. Se avecina un pressing sobre Isern a la espera de que éste presente la dimisión. Intentarán agotar la capacidad de resistencia de la primera vara con un aislamiento total y absoluto en las próximas semanas o meses.
El alcalde ya sabe que no será candidato por este partido el año que viene. El día y la hora de cruzar el Puente del Adiós depende de él. Fuentes muy próximas a Isern aseguran que el alcalde no presentará la dimisión propia iniciativa "pero si Bauzá se lo pide, acatará al instante. Pero ha de ser el presidente quien mueva ficha". Así las cosas, el pulso ha entrado en su última fase, en la hora de la agonía ¿Hasta cuando podrá resistir el antiguo abogado del Crédito Balear? ¿Y quién quedará en evidencia cuando se produzca la caída?
Las relaciones entre Bauzá e Isern eran malas desde hace tiempo, pero la balanza se ha inclinado de forma definitiva a favor del presidente balear en el momento en que los rodriguistas han cerrado filas con el Consolat en contra del alcalde. El rodriguismo, dueño del aparato del partido en Palma y que controla a la mayoría de concejales (incluído el número dos y potencial alcaldable, Alvaro Gijón) asegura que "Isern va y ha ido por libre, esta ha sido su perdición". El distanciamiento se ha producido a lo largo del 2013, pero la guinda que coronó el pastel fue el discurso del alcalde con motivo de las fiestas de Sant Sebastià. Allí "Isern se desmarcó claramente de Bauzá". Anunció que pondría en marcha la maquinaria municipal para conseguir para el Casco Antiguo el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Isern lo hizo público "sin habérselo comunicado ni siquiera comentado a Bauzá, que se enteró lo mismo que el resto de ciudadanos. Esto no se le hace a un presidente". A su vez, "los rodriguistas también se sienten ninguneados. Con el asunto del casino quedaron con los calzoncillos al aire".
El sector rodriguista "no quiere un alcalde sumiso y postrado ante el Consolat. Pero sí que sepa trabajar en equipo y anuncie, debata y busque el consenso. Isern no lo ha hecho". A los partidarios de Rodríguez no les gusta lo que pasaba en tiempos de la alcaldesa Catalina Cirer "que estaba postrada ante Matas hasta el punto de que éste, el año 2005, le impuso la construcción del Metro prácticamente de la noche a la mañana cuando había otros concejales que decían que eso era imposible. Pero entre un extremo y otro existe un aconsejable término medio que ha vuelto a romperse".
Por su parte, el entorno de Isern se prepara para ver cómo mueve ficha Bauzá. Están sorprendidos por este pacto del presidente con los rodriguistas porque "el año 2011 fue Bauzá quien apostó fortísimo por Isern cuando Rodríguez no lo quería. Ahora han cambiado las tornas".
Lo seguro es que hace mucho tiempo que Bauzá ni le dirige la palabra a Isern. Le ignora. Ahora la presión llega dentro del propio Ayuntamiento. Isern está solo en Cort. Tiene contactos en muchas partes, porque como antiguo abogado del Crédito tiene contactos con la amplísima red de directores y exdirectores de sucursal de esta entidad a lo largo y ancho de Mallorca. También tiene contactos con alcaldes descontentos. Hay nervios en la Part Forana porque sondeos internos afirman que pierden uno o dos concejales y, en algunos casos, el poder. A su vez se dice que en el conjunto de Balears el PP podría perder hasta ocho diputados y quedarse en 27. Curiosamente, Isern mantenía el poder en el último sondeo del que se tiene noticia, hace unos meses.
También el alcalde ha trabajado en los últimos años para tener la mejor imagen de prensa posible, incluso dejando en evidencia a Bauzá en alguna ocasión por este motivo. Era el guapo de los titulares y las fotos.
Ahora Bauzá y Rodríguez han conformado un enorme movimiento de tenaza con la cabeza de Isern justo en medio. Pero forzarán que sea el alcalde quien anuncie su adiós.