El cúmulo globular Messier-22 será hoy visible en la constelación de Sagitario, cerca del centro de la Galaxia, en una declinación de -23º54’. Esta es la única alineación planetaria relevante prevista para esta jornada, nada que ver con la conjunción cósmica que nos reveló Leire Pajín cuando Zapatero y Obama reinaron simultáneamente en Europa y Estados Unidos, para mayor gloria del universo conocido.
Así que a Antoni Noguera Ortega, el autoproclamado primer alcalde republicano de Palma en 80 años –supongo, pues, que Ramón Aguiló, Aina Calvo y José Hila deben ser fervientes monárquicos-, le recibirá únicamente M-22, y ello a 10.400 años luz de la tierra, es decir, a 98.391.596.914.840.320 kilómetros de aquí, donde todavía no llega siquiera la línea 1 de la EMT. Eso sí, M-22 tiene en su interior 32 estrellas, una nebulosa planetaria y, como mínimo, dos agujeros negros, aunque reputados astrónomos barruntan que pudieran llegar a ser, en realidad, más de cien. Muy negro lo tienen, pues, en M-22. Como augurio de buen gobierno, yo casi preferiría que un arúspice examinara las entrañas de cualquier animal salvaje, por supuesto sin causarle estrés ni derramamiento de sangre.
En cualquier caso, en primer lugar, debo darle la enhorabuena más sentida a nuestro nuevo munícipe por antonomasia -el fair play nunca está de más-, especialmente porque estoy casi seguro de que va a percibir en estos dos años mucho más de lo que cualquier empresa pública o privada le pagaría en atención a sus méritos, con lo que es indudable que lo suyo es una mejora personal. Olé tú. Noguera confirmará así el principio formulado por Laurence J. Peter en sus estudios de jerarquiología, cuyo corolario establece que, con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un individuo que es incompetente para desempeñar sus obligaciones y que su trabajo es realizado por aquellos que no han alcanzado todavía dicho nivel de incompetencia.
Nuestro educador de carrer y boy scout soberanista metido a batle de Ciutat, sustituto del que debía haber sido sustituto de Hila, heredará, sin duda, una Palma mucho más verde y ecológica. Y, todo ello, gracias a que su compañera de filas, la tuitera Neus Truyol, considera que los hierbajos de las aceras no deben ser objeto de remoción por parte de los operarios de EMAYA, lo cual está contribuyendo significativamente a que nuestra capital comience a competir seriamente con Costa Rica y el Mato Grosso por lo que a vergeles naturales se refiere. No sé si tal decisión se ampara en la necesaria protección del bienestar vegetal o en algún estudio de Jaume Garau sobre la conveniencia de proporcionar soportes adecuados a los canes de Ciutat para que puedan marcar territorio con sus orines, quién sabe. Noguera también recibe una ciudad más limpia. Más limpia que El Cairo o Bombay, quiero decir, aunque tampoco demasiado, especialmente si el alcalde se pasea un poco por su barrio de nacimiento, el multicultural Son Gotleu, por Corea o, en suma, por cualquier zona distinta del centro, distritos que podrían hermanarse sin complejos con las ciudades más cochinas del mundo gracias a la eficiente gestión del pacte de progres, nada ideologizada, por cierto.
Por supuesto, recibe también el legado de una urbe laica, legetebeiera, antitaurina, antinuclear, antipatriarcal, antisistema, antiturística, antifascista, antimilitar e incluso antipatrimonial, dada la pertinaz querencia de este pacte a ocultar elementos históricos con flamantes contenedores de colorines –una vez más, la inefable Truyol.
Por otra parte, el ignoto programa de gobierno del nuevo primer edil tiene solo dos objetivos conocidos. El primero es, indudablemente, derribar el dichoso monolito de Sa Feixina, que, como ustedes saben, es la preocupación preferente de los palmesanos, mucho más que la limpieza, la seguridad o los cotidianos y simpáticos atascos de la vía de cintura o la zona colegios. El segundo, acabar con la gentrificación del casco antiguo de Ciutat. Por cierto, yo con estos palabros me pierdo. Entre el empoderamiento, la posverdad y la gentrificación me tienen frito y todavía no sé qué diantre significan exactamente. Eso sí, empiezo a entender que cuando un político menciona a ‘la gente’ en realidad se refiere a los militantes de su partido con carguito remunerado.
Pero volviendo a la efeméride que nos ocupa y para no parecer pesimista, concluiré diciendo que la buena noticia es que, a priori, Noguera solo puede mejorar a su predecesor, aunque albergo serias dudas de que incluso con semejante meta, Peter o la Fiscalía anticorrupción no se interpongan fatalmente en su camino.