De fructificar las negociaciones que empezarán en breve, el nuevo bipartidismo en Balears lo pueden conformar el PP y el bloque Podem/Més/EU. De hecho, ya no hay analista que no contemple que el próximo 26 de junio estas serán las fuerzas que se batirán el cobre por la supremacía electoral en el archipiélago.
De ir por aquí los tiros, lo primero que se observa es que el gran derrotado de la repetición electoral sería el PSIB (y en el resto de España, el PSOE de Sánchez). Los socialistas baleares ya recogieron el 20D sus peores resultados. Ahora, el panorama es rotundamente desolador. CaMbiarán de candidato (Socías está descartado) y ni aún así podrán hacer frente a un hipotético conglomerado de Podem con MÉs e IU. Una izquierda más de "izquierda" que el PSOE y que opta claramente a ser la lista más votada en las elecciones de la chancleta que viviremos a finales del mes de junio.
Enfrente, el PP. El bajísimo peso específico de la formación que transitoriamente lidera Miquel Vidal durante estos meses de espera hasta que llegue el post-bauzanismo, puede no afecgtar demasiado a las aspiraciones de la formación azul de obtener de nuevo los 3 diputados que consiguió la lista encabezada hace pocos meses por Mateu Isern, que repetirá como candidato. Resulta que Ciudadanos tendrá que hacer algo más que malabares para repetir el diputado balear obtenido. Eso beneficiaría a un PP que, aún perdiendo aún más votos, puede conservar los 3 diputados al Congreso.
Así las cosas, del 3-2-2-1 del 20D, podemos encontrarnos perfectamente en junio con un 3-3-2 muy generoso con los socialistas, que aún podrían perder el segundo diputado en favor de un hipotético cuarto diputado para el conglomerado de izquierdas.
Dicho todo esto, llevemos lo de la repetición electoral a una compra en un comercio. Si usted se compra un abrigo en diciembre y resulta que pasan los meses y no se lo pone y le dan la oportunidad de devolverlo y cambiarlo por otro artículo, ¿Volvería a comprarse el mismo abrigo?