La huelga indefinida de los trabajadores del Transporte Interurbano de Baleares (TIB) entra este martes en su octavo día con una protesta sonora y simbólica en el centro neurálgico de la red, la estación intermodal de Palma.
Convocados una vez más por el Sindicato Autónomo de Transportes de las Islas (SATI), unos 50 empleados han iniciado a las 08.30 horas una “cacerolada a la argentina” con cazos, sartenes, tapas y cucharones como arma de denuncia.
“¡Que se enteren de una vez que no tenemos nada que meter en la olla!”, clama el sindicato, que ha llamado a los trabajadores a hacer ruido “con rabia, con coraje y el doble de volumen” para exigir mejoras salariales y laborales.
El lema de este martes es: “La paciencia ya revienta, ¡con olla y cazo empieza la tormenta!”
Las movilizaciones del personal del TIB han ido in crescendo en creatividad y contundencia desde el pasado viernes, cuando comenzó la huelga indefinida. Entonces, SATI organizó una performance en la que los trabajadores se disfrazaron de empresarios para escenificar su denuncia contra las concesionarias del servicio.
Este lunes, las protestas se trasladaron al aeropuerto de Palma y a Magaluf, donde repartieron folletos informativos entre los turistas para explicar los motivos del conflicto.

NEGOCIACIÓN ENCALLADA
La negociación entre SATI y la Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT) sigue completamente encallada desde el viernes, cuando la mediación del Tribunal de Arbitraje y Mediación de Baleares (Tamib) volvió a fracasar.
Ambas partes reconocen que el principal escollo es económico: la patronal ha ofrecido un incremento salarial del 8% al 12% en cuatro años, una cifra que el sindicato considera insuficiente y que ha rechazado presentando dos contrapropuestas al alza, también descartadas por las empresas.
SATI ha reiterado que no cesarán las movilizaciones hasta que la patronal acceda a unas condiciones “dignas y justas” para los trabajadores, que denuncian precariedad laboral pese al aumento de la demanda del servicio en plena temporada alta.
Mientras tanto, la huelga sigue tensionando el transporte interurbano de viajeros por carretera en Mallorca, Menorca e Ibiza, con alteraciones en los servicios y malestar creciente entre usuarios y turistas, pese a que los servicios mínimos, fijados en el 60%, se están cumpliendo de forma escrupulosa y sin incidentes.








