Esta intervención responde a criterios de seguridad vial, prevención de riesgos y salud medioambiental, y forma parte de un protocolo que el consistorio mantiene activo durante todo el año. La actuación ha sido realizada por la brigada municipal, después de constatarse que los ejemplares presentaban signos evidentes de debilitamiento estructural y posibles afecciones fitosanitarias que podían suponer un peligro para peatones y vehículos en una zona de alta afluencia turística.

«Este tipo de intervenciones no responden a decisiones arbitrarias, sino a un trabajo técnico riguroso y planificado que busca proteger a las personas y al mismo tiempo cuidar nuestro entorno», ha explicado el teniente de alcalde de Mantenimiento y Servicios Urbanos, Manuel Mas, quien ha querido subrayar que «la seguridad y la salud medioambiental del municipio son una prioridad».
El plan de inspección se extiende a todos los núcleos del municipio, y no solo se centra en identificar árboles enfermos o con riesgo de caída, sino también en estudiar la recuperación de los espacios. Una vez realizada la tala, los técnicos municipales valoran la posibilidad de replantación en el mismo lugar, eligiendo especies más adecuadas en función de la ubicación, el tipo de suelo, la exposición solar o las condiciones de viento, entre otros factores.






