La situación de suspensión de pagos del grupo Nueva Rumasa, propietario de la primera planta procesadora de lácteos de Menorca, la antigua “El Caserío”, es una dramática noticia para la isla. Significa, sin exageración, la certificación de la defunción de la industria procesadora de la leche. Esta noticia podía preverse: la familia Montañés vendió su empresa a la multinacional Kraft quien, especialista en este negocio, no vino a Menorca a especular sino a ganar dinero produciendo quesos. Que esta multinacional quisiera vender la fábrica hace tres años era un mal dato, un aviso inequívoco: una empresa como Kraft, que dispone de la mejor información del mercado del queso, que conoce los costes de la producción en toda Europa, cuando decide vender esta fábrica, incluso perdiendo dinero, es que las cosas van mal, que los costes son muy altos. Y ahí aparece un empresario mágico: José María Ruiz Mateos. Nueva Rumasa, su empresa, no sólo compra la compañía, sino que mantiene la producción y la plantilla, porque su filosofía es que sin despidos, manteniendo los costes, aquello es viable. Increíble. La cuadratura del círculo. Suena raro que Ruiz Mateos le pueda enseñar a Kraft lo que es la viabilidad de este tipo de industrias, pero ahí quedan depositadas las esperanzas de Menorca. Y ahora, poco tiempo después, todo salta por los aires. En Menorca hoy y en los próximos días se hablará mucho de los empleos directos que probablemente se pierdan en la factoría de la empresa, pero eso no es lo más grave: lo peor es que todos los 'llocs', las granjas que producen la leche para esta empresa, se quedan sin comprador. Esto es tremendo porque no encontrarán salida para su leche. Si estos granjeros deciden parar su actividad, entonces habremos echado el cierre a la ganadería menorquina, con remotas posibilidades de recuperación. Una vaca no es algo que se enchufa o desenchufa, de forma que el riesgo de esta crisis es muy elevado. Los granjeros más pesimistas, los que entendieron el mensaje de Kraft, ya habían aprovechado este tiempo para, convencidos de que esto no tiene futuro, ir buscando otros horizontes en otras actividades. De forma que esta nueva crisis será sólo el final. Ahora, cuando queda muy poco por hacer, nuestras autoridades empezarán a moverse. ¿Les importará esto? No, pero estamos en elecciones y hay que hacer como que hacemos.





