Se ha abierto el debate sobre el número de coches de alquiler que circulan por las carreteras de Balears. En efecto, existe un descontrol enorme sobre las empresas de alquiler de vehículos sin conductor que ejercen en nuestra Comunidad Autónoma y que tributan fuera. No hay control ninguno y lo cierto es que este lucrativo negocio se ha convertido en territorio sin Ley, donde cada cual hace lo que quiere, creciendo a discreción.
Es de todo punto inadmisible que entre 35.000 y 40.000 coches de alquiler estén fuera de control, como denuncia la Asociación de Vehículos de Alquiler de Baleares (Aevab). No queda más remedio que coger el toro por los cuernos y afrontar este problema que supone la saturación circulatoria de multitud de lugares emblemáticos.
Se hace imprescindible conocer la situación real de las cosas y una vez se conozcan los datos objetivos, tomar medidas al respecto. Si existe un volumen enorme de vehículos de alquiler fuera de ordenación, es imposible atajar la saturación que determinados lugares de indudable atractivo turístico demuestran en plena temporada alta.
Es vital conocer la realidad de las cosas y es también inevitable establecer restricciones al crecimiento sin control del parque móvil de vehículos de alquiler. Se trata de hacer sostenible el turismo, lo cual es incompatible con que haya sectores enteros fuera de ordenación y control administrativo.