Comentarios sardos

Acabo de regresar de un viaje a Cerdeña que es una isla rodeada de mar por todas partes. Sí, ya se que ustedes me dirán que la gran mayoría de islas (por no decir casi todas o, mayormente todas ellas) son pedazos de tierra mojados por el agua de su alrededor, por agua generalmente salada aunque algunas, las que se encuentran en medio de los lagos o incluso de las corrientes fluviales, gozan de agua dulce o, dicho de otra manera, de líquido falto de sal; son islas sosas, sin gracia alguna.

Cerdeña, como buen ejemplo de isla carece de istmo. No existe ninguna lengua de tierra que la una a ningún continente. El istmo, como el embarazo femenino (el más común, de momento) se tiene o no se tiene. Yo creo, personalmente, que una isla sin istmo es más isla; no sé, me parece que resalta más su personalidad genuina. Y Cerdeña, claro, como no posee istmo pués tampoco dispone de península. En cambio, si Cerdeña dispusiera de una lengua de tierra que la uniera a Mallorca o bien a Córcega, se convertiría inmediatamente en una península; y en este caso, Mallorca o Córcega pasarían a ser, ipso facto, continentes. Lo que son las cosas ¿verdad?

Pero bueno, vamos a dejarnos de mandangas filosófico-geográficas y alcancemos el grano; aunque un servidor, en verdad, es más de paja (mental, quiero añadir: no nos confundamos, por favor). El objetivo de mi visita a la susodicha isla mediterranea no ha sido otro que el asistir – como miembro del jurado- a una gran gala músico-festiva que se celebra en la imponente y amurallada ciudad de l’Alguer donde aun existen remotos contactos pancatalanistas de antaño, de cuando la bandera catalana ondeaba en lo alto del Partenón, el euro no se tambaleaba como actualmente y Rajoy no había sido parido (sí, señores, la civilización se forjaba sin que Rajoy, con sus medio sonrisas silenciosas hubiera visto la luz: cosas de la Historia).

En la gala citada se repartían unos cuantos premios de índole televisiva o deportiva. El Gran Premio del Coral (el coral viene a ser en l’Alguer como el pulpo en Carballino, o sea, masivo) se lo llevó una extraordinaria actriz gallega, de Galicia, de nombre María Bouzas, por su magnífica interpretación del personaje maligno de Doña Francisca (Dona Francisca en Italia, país sin eñes pero país al fin y al cabo) en la serie de Antena 3 “El secreto del Puente Viejo”. Bouzas recibió, además del merecido galardón, un auténtico baño de masas entre la población algueresa; y ella, la actriz, se prodigó, solícita, en mil atenciones a los moradores sardos y sardas, quienes quisieron homenajear humanamente a tan preciada fémina. Porqué Bouzas, digámoslo todo, no es sólo una excelente actriz: es, a la vez – y sin que sirva de precedente- una gran persona; se hace querer en la relación colectiva y sobre todo, en las distancias cortas, como el agua de colonia Brumel. Uno puede observar como brota el valor de la amistad a los pocos minutos de tratarla personalmente. A la Bouzas se la quiere, con sentimiento de fuerza positiva, en pocas horas; y luego ya no se la puede dejar de querer: amistad contagiosa y feliz.

Mi relación con ella, con su valiosa representante María Liaño (también gallega de Galicia) y con un abanico de personajes interesantísimos, pilares de la organización del evento (con Constantino Marcias y Nicola Nieddu al frente), han conseguido que el abajo firmante se sintiera enormemente feliz durante los últimos días. ¡Gracias a todos!

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.
Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias