Una brillante actuación de las fuerzas policiales ha conseguido la interceptación de una empresa de distribución de alimentos caducados en el Polígono de Son Castelló, destinados en buena parte a hospitales y centros escolares. Esta acción ha tenido lugar antes de que se haya producido ninguna intoxicación. Cabe felicitar a la Policía por este brillante servicio a la sociedad. Espeluznan las consecuencias que se hubieran podido producir si esta empresa, que manipulaba certificados de caducidad, no hubiera sido detectada antes de que mayonesa o mortadela en mal estado hubiera podido dañar a enfermos o niños. Hubiera sido vergonzoso y repugnante.
La inmediata movilización de los servicios del Govern Balear también es más que plausible. Es necesario ir hasta el final, depurar todas las responsabilidades que sean necesarias y, sobre todo, estar vigilantes para que no haya otros casos de empresas desaprensivas en Balears. Con las cosas de comer no se juega. Jamás.Y menos cuando van destinadas a los segmentos más débiles, como enfermos o menores.
Por otra parte, cabe hacer una profunda reflexión sobre los límites de la austeridad. Es evidente que espabilados sin escrúpulos intentan hacer su agosto cuando las políticas de recortes, propiciadas por la crisis económica, hacen que las instituciones de todos los signos políticos tengan que mirar hasta el último céntimo antes de gastarlo. Ello puede conllevar la generación de pícaros capaces de ofertar a precios bajo mínimos. Ya pasó en otras épocas de nuestra historia cuando las intituciones tenían pocos recursos y los alimentos escaseaban. Por todo ello los organismos competentes han de extremar su capacidad de vigilancia y control para que no se produzcan estas estafas que pueden acabar en flagrante delito contra la salud pública. Y eso vale sobre todo para las empresas que compran alimentos para contratar posteriormente servicios de comidas. Es evidente que cuando se trata de comercio privado es mucho más difícil que se den estas situaciones porque es el propio mercado quien regula y aparta a los desaprensivos.
En todo caso, no hay que bajar la guardia en ningún momento ni en ningún caso. No hay sociedad que pueda considerarse desarrollada sin contar con una estructura de producción y distribución de alimentos que actúa de manera estricta cumpliendo la normativa vigente.