La debacle electoral socialista ha sido de tal envergadura que no puede sostenerse el statu quo que imperaba en el PSOE balear por el cual Armengol gozaba del derecho de sucesión automática de Antich. La inquera se ha dado un costalazo en su candidatura al Consell de Mallorca mayor aún que el de Algaida como candidato al Govern. Los socialistas deben asumir la derrota y olvidarse del sistema de intercambio de cromos al que sus líderes tienen acostumbradas a sus bases en un claro signo de secuestro del poder por parte de unos pocos oligarcas del partido. Si el PSIB quiere recomponerse como ave fénix y tener alguna posibilidad en el futuro debe aceptar la necesidad de congresos extraordinarios a todos los niveles para renovar el cuadro de mando del partido y no solo para renovar las ideas, como sostiene Calvo cuya derrota, por cierto, ha sido, con los números en la mano, mayor aún que la de Antich y Armengol.
