Ya podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el Govern de Francina Armengol, también conocido como ‘Sa Repartidora’, ante la seria posibilidad de pasar a la oposición tras las elecciones del próximo 28 de mayo, fundamentalmente por el descalabro electoral en Palma y en Ibiza, lo que haría casi imposible revalidar otra mayoría de izquierdas en el Parlament, se ha determinado a utilizar la supuesta corrupción del PP como estrategia electoral. A fuerza de repetir el mantra, creen poder desgastar a los populares como si Jaume Matas aún fuese el presidente del partido.
Esta errática y desesperada estrategia quedó de manifiesto, una semana más, en el Parlament, cuando la consellera de Presidència, Mercedes Garrido, –y es la segunda vez que lo hace–, aludió al caso ‘La vida islados’ que afecta al presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, y que investiga un juzgado de Ibiza, tras una querella de la Fiscalía Anticorrupción. En la sesión de control al Govern de este pasado martes, la consellera lanza preguntas insidiosas y exige responsabilidades, cuando el investigado ni siquiera ha sido aún interrogado por el juez y no hay ningún pronunciamiento judicial.
Los socialistas consideran que la difamación y la infamia son una vía válida para revertir la tendencia que marcan las encuestas, que en Ibiza indican la posibilidad de una mayoría absoluta del PP en el Consell d’Eivissa. Se trata de una maniobra desesperada para impedir la victoria de Vicent Marí, que afrontaría su segundo mandato al frente del Gobierno insular tras encadenar tres mayorías absolutas en el Ajuntament de Santa Eulària.
Y es que los socialistas ibicencos, con Josep Marí Ribas ‘Agustinet’ y Pilar Costa a los mandos del partido, no ven otra forma de evitar que Vicent Marí revalide el cargo con un apoyo aún mayor del obtenido en 2019, cuando se quedó a un escaño de la mayoría absoluta en la institución insular.
Si los socialistas pierden Palma, algo que se da por hecho, y también Ibiza, será imposible retener el Govern. Y de ahí que valga todo, incluida la difamación y la mentira en sede parlamentaria.
Es una lástima que los populares no tengan la picardía de recordar a la ciudadanía los numerosos casos de corrupción y mala gestión que afectan a los socialistas. El caso ‘Eivissa Crea’, el caso ‘Multimedia’ y el más reciente ‘caso APB’ son tres ejemplos de lo mucho que le convendría al PSOE callar en materia de corrupción.
Si hay que hablar de corrupción, que se hable de todo. Que se explique por qué el Govern y los partidos que lo integran (PSOE, Podemos y Més per Mallorca) se han negado a crear una comisión de investigación sobre el caso de las menores tuteladas víctimas de abusos sexuales, o sobre los altos cargos vacunados contra la Covid-19 antes de tiempo.
También se debería recordar más a menudo el caso ‘Hat Bar’ y la compra a dedo de material sanitario en 2020, en lo más duro de la pandemia, a través de un histórico militante del PSIB, por valor de 6 millones de euros, cobrando la oportuna comisión.
El PP debería dar la batalla ante un PSOE desesperado, que tiene tanto que callar y va acusando de corrupción sin ningún fundamento, sólo como estrategia electoral.