Los minicréditos son una alternativa a los préstamos bancarios que nos permiten llegar a fin de mes cuando estamos pasando por un apuro importante. Empresas como freezl.es nos permiten conseguirlo en muy poco tiempo y sin tener que dar explicaciones del uso que le vamos a dar.
Normalmente nos dejan pedir entre un máximo de 500 y 1500€ (aunque todo dependerá de cada entidad), en un tiempo de 10 minutos. Tan sólo requerirán de que rellenemos la solicitud con nuestros datos personales, aportemos la documentación procedente y el sistema la aceptará o denegará.
En cuanto al tiempo de ingreso, suele ser desde unos minutos hasta un máximo de 48 horas.
¿De qué depende? De si es un día hábil o no, además de si tenemos cuenta en los bancos que nos propone la empresa (las transferencias entre bancos suelen ser directas; si podemos elegir estas sucursales, ahorraremos mucho tiempo).
Los requisitos necesarios para solicitar este tipo de dinero rápido son muy fáciles de obtener: siendo tan sólo mayores de edad, pudiendo aportar un documento que acredite que percibimos ingresos de forma regular, así como un número de cuenta bancaria, será más que suficiente como para empezar el proceso.
Es posible que se nos pida algún requisito adicional, aunque no suele ser gran cosa.
Lo más común es solicitarlos teniendo una nómina, pero no suele ser imprescindible: con una prestación, el paro, subsidio u otros ingresos también nos puede servir.
Al haber tantas entidades especializadas en créditos rápidos, podemos encontrar una larga serie de prestaciones: algunas no nos cobrarán comisiones en nuestro primer préstamo, otras nos concederán el dinero aun estando en registros de morosos (tipo ASNEF), se gestionan a través de sistemas automatizados sin necesidad de contactar con un agente, etc.
¿Pero es todo tan bueno como parece? A pesar de que la fórmula es buena, hay algunas desventajas que deben de ser consideradas.
Desventajas de pedir un crédito rápido
La principal desventaja que se le puede poner a un préstamo rápido son las comisiones elevadas que vamos a pagar. No obstante, si las tenemos en cuenta desde el primer momento, podemos jugar bien nuestras cartas.
Por ejemplo, si nos van a cortar la luz porque no pagamos la factura, quizá valga la pena pedir el préstamo y hacer el pago de la factura y luego abonar el mismo con intereses. Ten en cuenta que los intereses de la factura y los costes de reenganche no son nada económicos.
Otro punto que se debe de considerar es que estos préstamos están más bien pensados para personas que tienen un cierto nivel de previsión. En el momento de cursar la solicitud hay que indicar el tiempo de devolución que se desea. Si no devolvemos el préstamo en el tiempo de devolución pertinente, tendremos que afrontar elevados intereses que incluso, hasta nos podrían meter en un registro de morosos hasta que paguemos.
En cualquier caso, supone un interesante recurso económico que podemos utilizar en cualquier momento.