Llega un momento en el que la zona ya no clarea: toda ella es una pista de aterrizaje. En ese momento, es mejor asumir el imparable paso del tiempo y tatuarse un buen cortacesped.

Llega un momento en el que la zona ya no clarea: toda ella es una pista de aterrizaje. En ese momento, es mejor asumir el imparable paso del tiempo y tatuarse un buen cortacesped.