El escabroso asunto de la trama de corrupción policial que afecta a la Policía Local de Palma y Calvià se ha convertido en un asunto de envergadura por cuanto la trama y por tanto, la investigación judicial, se ha extendido no solo a agentes sino también a un exfuncionario municipal del área de Urbanismo de Cort. El caso ha aumentado en su gravedad tras la detención del abogado municipal jubilado ya que según lo declarado por testigos, era quien organizaba los encuentros sexuales entre las prostitutas de los clubes de alterne supuestamente favorecidos por la trama delictiva y políticos de quienes aún no ha trascendido la identidad, aunque es muy posible que pronto sean detenidos e interrogados.
La jueza Carmen González interrogó al funcionario jubilado pero este se acogió a su derecho a no declarar y por tanto, no colaboró en absoluto en el esclarecimiento de los hechos, lo que aumenta las sospechas de que está en el ajo y prefiere mantenerse en silencio por el momento.
El hecho de que técnicos y políticos hicieran la vista gorda a cambio de favores sexuales en clubes de alterne de la Playa de Palma y de consumiciones gratuitas, es algo que repugna. Si todo lo que envuelve el gran negocio de la prostitución ya está salpicado de relevantes objeciones de orden moral, la circunstancia de que representantes de los ciudadanos recurran a ella, prevaliéndose de su posición para abusar de las meretrices a las que los empresarios obligaban a mostrarse complacientes ante tan especiales clientes es algo que no puede quedar impune.
En Estados Unidos un presidente estuvo a punto de caer al conocerse que mantenía relaciones sexuales extramatrimoniales con una becaria de la Casa Blanca. No estamos ante un asunto que afecte a la intimidad y que, por tanto, haya de quedar en la esfera privada. Se investiga si políticos y funcionarios eran sobornados por empresarios de clubes y locales de ocio con alcohol y putas a cambio de recibir chivatazos sobre las inspecciones reglamentarias. La investigación judicial, aunque lenta, avanza inexorablemente y merece la pena confiar en ella para descubrir la careta de los delincuentes, de modo que se sepa quiénes son y paguen por sus actos.
