Desolado y "sin ganas de vivir", Rafa Nadal pensó en pasarse al golf profesional después de una lesión que amenazó su carrera como tenista, desvela el ganador de diez títulos del Grand Slam en 'Rafa: My story', un libro autobiográfico que hoy se pone a la venta en los Estados Unidos. Según explica en el libro, escrito por John Carlin, los médicos le descubrieron en 2005 una rara dolencia en el pie izquierdo que podía haberle apartado del tenis, lo que provocó que tomara en consideración un futuro en el golf, un deporte que practica asiduamente y por el que siente una gran pasión. Nadal relata cómo se derrumbó su mundo al diagnosticársele a fines de 2005 -el año de su explosión como jugador- una lesión congénita en un hueso pequeñísimo de su pie izquierdo, el escafoides del tarso. Un médico especialista le confirmaba que era posible que tuviera que dejar el tenis de forma definitiva. La desolación de Rafa era máxima. Fue entonces que a su padre, Sebastián, se le ocurrió la idea. "Con todo ese talento y esas pelotas que tienes", comenzó a argumentar. "No veo ninguna razón para que no puedas convertirte en un golfista profesional". Todo quedó en un intento, que pasado el tiempo Rafa ve como una mera anécdota: "Aquella posibilidad, más bien distante, tiene que esperar por ahora, y espero que para siempre". En ese momento, Rafa apenas podía entrenar y fue entonces cuando a su tío Toni se le ocurrió una gran idea: "Rafael entrenaría 45 minutos diarios sentado sobre una silla. Así, al menos, movería los brazos y liberaría energía y frustraciones, aunque no pudiera apoyar el pie". Hoy en día, ese pie izquierdo es, según Nadal, una de las zonas que más masajes y cuidados recibe, pero el español se las arregló para que la lesión congénita no complicara su carrera.
