Desde la butaca orejera

No sé si les he hablado alguna vez de la butaca orejera, para mí un gran invento de la historia de la humanidad y no crean que sea un invento reciente. La butaca orejera data de la Inglaterra (más adelante citaré su capital) de finales del siglo XVII debido a que, como ahora pero por diferente motivo, no había calefacción y ante las chimeneas las butacas orejeras retenían mejor el calor y se estaba más confortablemente.

Posteriormente fueron mejoradas mediante tapizados hasta llegar a butacas orejeras que han perdido la esencia de las mismas de tantas cosas que pueden hacer. Soy un gran defensor de las fijas. Sin masajes, sin reclinadores y sin vibración.

Desde esa butaca que se ha amoldado a mi cuerpo veo pasar la vida, veo pasar la degradación que viene sufriendo mi ciudad cada día, y lo veo con mayor tristeza. Con el horario de invierno la ciudad está más oscura, anochece antes, y esa oscuridad le da cada vez más un aspecto siniestro absolutamente indeseable.

Prácticamente no me quedan adjetivos, en mi escaso vocabulario, que ponerle a mi querida Palma para describir su estado de abandono por parte de las autoridades consistoriales. Me cuentan los que están en primera fila que hablar con el Almirante Hila y su comodoro Dalmau es como clamar en el desierto, ellos van con las anteojeras a no sabemos dónde y por lo tanto no sabemos a donde nos llevarán.

Me gustaría entenderles; sentarme con ellos dos o tres horas en unas butacas orejeras con un buen café para que me explicasen a donde quieren llegar, a donde quieren llevar a esta Ciudad, a donde nos quieren llevar cerrando el centro y sin ofrecernos alternativas, no limpiando lo mínimo, con el cierre de las galerías de la plaza Mayor, prohibiendo los accesos a los distribuidores contra la opinión de estos, de los comerciantes y de los vecinos, atacando gravemente el bosque de Bellver, dejando que haya tiros en las noches de Palma, analizando tan erróneamente las prioridades que tenemos.

Podría seguir pero yo mismo me aburro de relatar las carencias e insuficiencias de esta nuestra Ciudad. Me gustaría sentarme con ellos y que me lo explicasen, quizás, creo que con muchas dificultades, entendería su modelo de ciudad. Parto de la base de que tienen uno, aunque parece somos un clamor los que no lo conocemos, entendemos o interpretamos. Lo único bueno de todo eso es que les queda cada día un día menos con la vara de mando.

Doy por sentando que el Almirante Hila, reconocedor de su ignorancia en historia de ESpaña, el otro día que estuvo en Londres se dirigió a Trafalgar Square y presentó sus respetos al Almirante Nelson, de igual a igual; Almirante de la flota británica que venció precisamente en la batalla de Trafalgar a la flota franco española que estaba comandada por el Almirante Villeneuve, Gravina y Churruca, esos grandes desconocidos que por cierto dieron matarile al tan Nelson. Esa es una gran diferencia entre el pueblo británico (que dedica una de las plazas más importantes de la capital a un héroe nacional) y España (que el Alcalde de una importante de sus ciudades alardea de la ignorancia de los héroes de este Reino) esa diferencia explica muchas cosas.

Para terminar solo me queda decirles que el Govern de la Presidente Armengol se ha liado la manta a la cabeza y se ha echado al monte. Nos dicen que la ecotasa no es eco sino covidtasa. Si hacen esto cometerán una ilegalidad grosera y animo a los partidos de la oposición y a cuantos ciudadanos de bien que crean aún en el Estado de Derecho que lo lleven a los Tribunales. Léanse el artículo 2º y el artículo 19º de la Ley 2/2016 de 30 de marzo, del impuesto sobre estancias turísticas en las Illes Balears y medidas del impulso del turismo sostenible, verán como tengo razón. Cuando gobiernos anteriores hicieron cosas parecidas fueron acusados de prevaricación y malversación de caudales. Veremos qué pasará ahora con esos comportamientos.

En democracia no vale todo. Si quieren destinar el dinero de la ecotasa y que sea covidtasa primero modifiquen la Ley y después dispongan del dinero, antes no pueden hacerlo pues la Conseller d’Hisenda y la President del Govern están igual de sometidos a la Ley como lo estoy yo o cualquiera de ustedes, no son seres diferentes aunque a veces lo parezcan, y si el legislador dijo que la ecotasa es finalista así debe ser, sino tendrá que atenerse a lo que digan los Tribunales en el supuesto de que se ejerza alguna acción contra ellos.

Dicho esto creo que un gobierno que hace bandera del ecologismo y recauda dineros específicos para el ecologismo lo pretenda gastar en otras cosas, por muy legítimas que sean esas otras cosas, debe replantearse sus principios, o aplicar la máxima de Groucho Marx, “estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”.

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