Diario de un confinado: Paul McCartney y yo

El 10 de abril de 1970, el diario británico «Daily Mirror» publicó en portada un titular que para millones de personas supuso sin duda el final abrupto de una época: «Paul deja The Beatles». Cuando el gran cuarteto de Liverpool se formó yo aún no había nacido y cuando se separó apenas tenía seis añitos y ocho meses, así que en sentido estricto no puedo ser considerado un «beatlemaníaco» de primera generación, aunque sí un fan totalmente entregado a Paul, John, George y Ringo desde 1979, cuando compré y escuché el disco «The Beatles. 20 éxitos de oro». Cada vez que lo escuchaba, me daban ganas de gritar, de llorar, de desmayarme y de tirarme de los pelos.

De los Beatles me ha gustado siempre prácticamente todo, pero me fascina especialmente su primera época, la de canciones maravillosas como «Love me do», «She loves you», «A hard day's night», «Help!», «Yesterday», «I feel fine» o «Ticket to ride», por citar sólo algunas. Podríamos decir que esa fue la época más «yeah!, yeah!, yeah!» del grupo, cuando los cuatro llevaban el pelo largo hasta las cejas, aunque a la vez iban siempre muy arregladitos, conjuntados y perfectamente afeitados. En su segunda época, en cambio, se dejarían crecer ya la barba o el bigote y vestirían además de manera más bien informal, cada uno a su modo. Es curioso, pero para mí no fue ya lo mismo, a pesar de contar con temas igualmente excelentes como «Paperback writer», «Eleanor Rigby» o «Here comes the sun».

Otro de los motivos por los que me gustan los Beatles tiene que ver estrictamente sólo con Paul McCartney y conmigo, pues hace ya muchos años descubrí que ambos teníamos en común una misma peculiaridad. Como es bien sabido, Paul tocaba normalmente la guitarra con la mano izquierda, y como yo también soy zurdo, si alguna vez hubiera aprendido a tocar la guitarra, la hubiera tocado también con la mano izquierda. Esas pequeñas complicidades personales siempre acaban uniendo mucho.

Al cumplirse ahora cincuenta años de la separación de los Beatles, hemos podido leer estos días reportajes muy interesantes no sólo acerca de lo que ocurrió entonces, sino también sobre los años en que estuvieron juntos, sobre cómo se llevaban entre ellos o sobre el posterior desarrollo de sus carreras musicales ya en solitario. Cuando rememoramos ahora todo lo que hicieron creativamente los Beatles y otros grandes grupos británicos, norteamericanos o españoles en los años sesenta, nos damos cuenta de que, de algún modo, aún seguimos un poco anclados en esa década prodigiosa. La diferencia principal entre entonces y ahora quizás sea que cuando hoy tenemos ganas de gritar, de llorar, de desmayarnos o de tirarnos de los pelos suele ser ya, normalmente, por otras muchas cosas.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias