El fondo estadounidense de capital riesgo Carlyle, propietario del grupo turístico mallorquín Orizonia, ha puesto el ojo en el Banco Mare Nostrum, conformado por la fusión entre Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedés y la balear Sa Nostra. Su apuesta por BMN va muy en serio, pues según cotizalia el fondo ya se ha rodeado de una pléyade de asesores, que incluye a antiguos directivos de banca que se encuentran analizando la viabilidad de la caja y la solidez de su balance. También, Carlyle se ha puesto en contacto con alguna de las grandes auditoras con trabajos preparatorios de supervisión, al mismo tiempo que mantiene conversaciones con despachos tributarios como Garrigues o consultores inmobiliarios como Knight Frank, encargados del análisis del activo enladrillado. ¿Por qué se ha fijado uno de los fondos más poderosos del mundo en el SIP de Sa Nostra? Uno de los motivos es la interlocución única que posibilita la presencia como principal ejecutivo de Carlos Egea, lo que garantiza una gestión continuista. Además, a Carlyle le habría seducido el saneamiento acometido con motivo de la integración de sus miembros, unido a unos niveles de mora razonables pese a la predominancia geográfica en algunas zonas costeras de riesgo. El fondo propietario de un 55 por ciento de Orizonia tiene experiencia en operaciones de este tipo, pues cuenta con una división dedicada al sector financiero que, en los últimos años, ha adquirido cerca de 10 entidades financieras al TARP y al FDIC. El Banco Mare Nostrum está asesorado por el conglomerado financiero japonés Nomura a la hora del contacto con candidatos a entrar en su accionariado. En sus planes está previsto hacer un primer corte esta semana, en la que se formará una lista breve de aspirantes que podrán presentar ofertas vinculantes ligadas a un proceso posterior de due diligence.
