La cadena de tiendas de electrodomésticos Miró, que cuenta con diez tiendas en Baleares, ha decidido presentar concurso voluntario de acreedores para poder hacer frente a las deudas que acumula por la crisis y la caída del consumo. La medida ha ido acompañada por las instrucciones a los empleados de la cadena de no aceptar pagos con tarjeta, únicamente en efectivo a la vez que se les ha ordenado no ingresar la recaudación en bancos y mantener el dinero en la caja para su posterior entrega a un servicio privado de recogida, tal como han asegurado a mallorcadiario.com fuentes próximas al personal de la empresa. Estas órdenes han sido interpretadas como "una intrigante maniobra de la empresa" por parte de los empleados que, por otra parte, confirman que se mantiene el ritmo de ventas. Los pagos pendientes con sus proveedores y las entidades financieras ascienden, ahora, según fuentes sindicales citadas por Europa Press, a 180 millones de euros, pero crecerán en breve hasta los 280 millones por el vencimiento de algunos créditos. Miró, que cuenta con unas 140 tiendas y 1.500 trabajadores en toda España, ha comunicado la situación a la plantilla, pero de momento no ha concretado si prevé un ajuste laboral y de cierre de establecimientos. La compañía fundada en Martorell (Barcelona) en los años 70 ha optado por el concurso para asegurar su viabilidad y negociar mejor con los acreedores, según los sindicatos.





