El despacho de Eduardo Soriano, en la primera planta de la Cámara de Comercio de Mallorca, es un espacio cálido que respira décadas de mundo empresarial. Allí, entre carpetas, recuerdos y decisiones estratégicas, el presidente de la entidad analiza la economía balear con una mezcla de admiración por la potencia turística y preocupación por el futuro del sector productivo, la vivienda y el talento joven.
En esta conversación con mallorcadiario.com el presidente de la Cámara advierte de que Baleares apenas produce un 10 por ciento de lo que consume, denuncia la escasa productividad, critica la burocracia que paraliza la vivienda y alerta del efecto del “subvencionismo” sobre el mercado laboral.
Eduardo Soriano defiende además el papel de la Cámara en la formación y en los avales para facilitar la compra de primera vivienda, mientras observa con cautela un mundo económico cada vez más volátil.
"Hoy diría que solo producimos el 10 por ciento de nuestras necesidades de autoconsumo"
¿En qué punto real diría que está la economía balear?
Va bien, pero porque el turismo y los servicios tiran con muchísima fuerza. La dependencia es enorme. Mientras tanto, el sector productivo ha ido menguando año tras año. En Mallorca y Menorca la industria clásica prácticamente ha desaparecido. Hoy diría que solo producimos el 10 por ciento de nuestras necesidades de autoconsumo; el 90 por ciento viene de fuera. Si recuperáramos algo de capacidad productiva —aunque fuera llegar al 50 por ciento— la economía balear funcionaría muchísimo mejor.
¿Qué indicadores le preocupan más?
La productividad, sin duda. Es muy baja y eso afecta a salarios, competitividad y viabilidad empresarial. También me preocupa la falta de mano de obra cualificada y la sensación de inseguridad económica que vive una parte importante de la población. La vivienda agrava todo lo demás.
Este 2025 está siendo un año de contrastes. ¿Crecimiento real o espejismo?
Hay mucho de espejismo. Tenemos récords turísticos, sí, pero la política de vivienda lleva años descompensada y la burocracia ha frenado su desarrollo. Los costes han subido, los sueldos no acompañan y la falta de oferta dispara precios. Todo ello presiona a familias y empresas.
Ha hablado de un fenómeno de “subvencionismo”. ¿Hasta qué punto afecta al mercado laboral?
Mucho. Hay personas que prefieren vivir de ayudas o trabajar solo puntualmente. Se reclaman derechos, pero no siempre obligaciones. Eso desincentiva la formación y la incorporación estable al mercado laboral.
"La industria y el sector primario están muy abandonados"
¿Perciben señales de agotamiento en la inversión extranjera en Baleares?
El atractivo sigue ahí. Baleares continúa siendo un lugar privilegiado para vivir y sigue habiendo interés en la compra de viviendas, sobre todo de gama alta. Si el interés baja un poco es por la situación económica general en Europa, no por falta de atractivo local.
Costes, márgenes y burocracia. ¿Qué es lo que más frena hoy a las empresas?
La combinación de falta de personal, dificultad para atraerlo por la vivienda y los sobrecostes asociados a producir en unas islas que importan casi todo. El régimen fiscal especial aprobado en 2023 es un avance, pero la ley de minimis limita muchísimo las ayudas: solo 300.000 euros cada tres años. Con eso no puedes cubrir transporte, inversión tecnológica y bonificaciones de interés a la vez. Nos quedamos cortos.
¿Qué sectores tienen más capacidad de diversificación?
El tecnológico. No depende de materias primas ni de logística costosa. Es intangible y exportable. En cambio, la industria y el sector primario están muy abandonados. El caso de la leche es paradigmático: productores buscando salidas urgentes porque quien les compraba deja de hacerlo. Se actúa tarde, cuando el problema ya ha estallado.
"Hay que ofrecer ilusión a los jóvenes, muchos se van porque fuera tienen más opciones de crecer y ganar más"
¿Las pymes sienten que las ayudas están pensadas para los grandes?
Las pequeñas tienen ayudas, pero acceder a ellas es muy difícil. La burocracia y las exigencias hacen que muchas ni lo intenten. Con los fondos europeos, quien más se ha beneficiado ha sido la administración y las empresas vinculadas a ella, no la pequeña empresa.
El año pasado parecía que la estacionalidad remitía. ¿Fue un espejismo?
Se ha alargado la temporada, sí, pero hablar de desestacionalización real es exagerado. Sigue habiendo momentos de muy poca actividad. Se habla mucho de “turismo de calidad”, pero en la práctica la selección del tipo de visitante es mínima. Y la vida es muy cara, también para el turista. Ocupar todo el año es difícil y no creo que lleguemos a pleno rendimiento anual.
¿Cómo se frena la fuga de talento joven?
Dándoles ilusión y perspectivas aquí. Muchos jóvenes se van porque fuera ganan más y tienen más opciones de crecer. Se sacrifican unos años, ahorran y deciden si vuelven o no. Aquí deberíamos ofrecer condiciones y expectativas más sólidas. El sector sanitario es un ejemplo: tenemos cantera, pero se marchan porque fuera les pagan mejor y el coste de vida es menor.
"Impulsamos un sistema de avales para jóvenes, ya llevamos más de 600 operaciones"
¿Qué cambios legislativos son imprescindibles?
Agilizar la burocracia y liberalizar suelo con inteligencia. Llevamos años con miedo político a tomar decisiones. Todo se ralentiza por discusiones partidistas.
Desde la Cámara hemos actuado: impulsamos un sistema de avales para jóvenes que permite financiar hasta el 100 por ciento de la primera vivienda. Ya llevamos más de 600 operaciones. La idea es que la cuota hipotecaria sea equivalente al alquiler que pagarían ahora.
¿Cómo afectan las tensiones globales a Baleares?
Mucho. Con China y Estados Unidos todo cambia cada poco: aranceles, negociaciones… Es un escenario muy inestable. Al final muchas empresas prefieren esperar.
En Europa detecto desánimo y lentitud: burocracia excesiva, demasiados contrapesos. Eso nos resta competitividad mientras otros avanzan más rápido.
¿Qué espera de quienes toman decisiones?
Que tomen decisiones. Con valentía, pensando en el interés general. Y que luego se les juzgue por lo que han hecho, no por lo que dicen que harán.
