El problema del botellón, como dicen muchos, no se va a arreglar con un decreto. Porque los decretos no sirven para nada, si no se ponen en marcha. Es necesario que haya trabajo en la calle, que un policía diga a los chicos que se tienen que marchar. Para esto, para evitar estas concentraciones que lo... El problema del botellón, como dicen muchos, no se va a arreglar con un decreto. Porque los decretos no sirven para nada, si no se ponen en marcha. Es necesario que haya trabajo en la calle, que un policía diga a los chicos que se tienen que marchar. Para esto, para evitar estas concentraciones que lo ensucian todo, no era necesario un decreto, ya se podía haber hecho cuando empezaron estos actos, donde se ensucia lo que haya, donde se bebe en la vía pública, etcétera,. Ya había suficientes normas para disolver el botellón, pero no ha habido voluntad de hacer el trabajo en la calle, porque es lo que da pereza. Ahora hacemos otro decreto para ver si los vecinos se calman pero seguiremos igual: el asunto es ir y decirles a los chicos que se tienen que ir a lugares autorizados, que no es la siguiente esquina sino un bar. Pero esto no se atreve a hacerlo nadie. Y así vamos.
