Tras años de subvenciones públicas a las entidades pancatalanistas de Baleares, por parte de los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE, este último año se ha ultimado el diseño para que en Baleares las instituciones de gobierno junto al entramado asociativo independentista inicien en la próxima legislatura el tramo final del proceso separatista a imitación del catalán.
Las principales entidades que forman parte de este proceso son la Obra Cultural Balear (OCB) y la entidad ecologista Grup d´Ornitologia Balear (GOB), de las que dependen un entramado de más de 20 grupusculos independentistas como la Assemblea Sobiranista de Mallorca de la que forma parte el expresidente del PP, Cristofol Soler. Siguiendo este plan, el último año se han nombrado nuevos dirigentes en ambas entidades decididos a intensificar el proceso de ruptura de convivencia.
Tras años de dirigentes independentistas, la OCB, ya convertida en sucursal de la entidad golpista catalana Omnium Cultural, ha nombrado como presidente al abogado Josep de Luis, conocido por ser el abogado defensor de grupos antisistema separatistas y organizaciones violentas como ARRAN.
En cuanto al GOB, falsa entidad ecologista, convertida ya en organización de agitación independentista, ha nombrado como presidente al docente, y también socio de la OCB, Amadeu Corbera, conocido en Mallorca por su perfil radical y violento, condenado por diversos altercados, amenazas e insultos, como los que me profirió en 2013 llamándome "asesino" por defender la libertad, la identidad cultural balear y la unidad de España. Ambos, De Luis y Corbera, están relacionados también con el entorno abertzale del País Vasco.
OCB y GOB están recibiendo actualmente cientos de miles de euros públicos al año para crear el tejido social separatista que, conectado con el sector educativo, coordine el proceso separatista en Baleares. Son las entidades con las que se reúnen Francina Armengol, Miquel Ensenyat, y Antoni Noguera, entre otros dirigentes ultras. Son las entidades que marcan la acción política separatista a cambio de generosas subvenciones.
El actual gobierno va de la mano de las entidades pancatalanistas en un plan perfectamente diseñado a costa del erario público. El proceso que se inició hace años en Baleares, con gobiernos del PP y del PSOE, se está ultimando para encarar su recta final al igual que ha sucedido en Cataluña. Es evidente que en las próximas elecciones hay que enviar al ostracismo, del que nunca debieron salir, a este tipo de organizaciones y dirigentes políticos que pretenden acabar con Baleares y con España. En la próxima legislatura hay que llevar a cabo profundas reformas legislativas que impidan a estos ultras imponer sus políticas de enfrentamiento a una población balear que mayoritariamente quiere seguir conviviendo democrática y pacíficamente.