El sábado pasado los ciclistas acudieron una manifestación en las Avenidas, en contra de la supresión del carril bici. En realidad fueron a darle la razón al alcalde Isern: eran pocos e, ignorando el carril alternativo que se ha construido, demostraron que lo suyo no es usar la bici, sino hacer política, que la bici les importa muy poco. Y, sobre todo, demostraron que no movilizan a nadie, porque a nadie le importa el carril bici. Ya decía yo que cómo puede haber preocupación si no lo emplea nadie. Ustedes verán: cuando una sociedad tiene que tener estos líos por doscientos ciclistas (algunos medios informaron de 150, otros de algo menos y algunos de trescientos) es que no tenemos problemas, que no hay rechazo. O sea, pasemos a otra cosa que este tema no le interesa a nadie.





