El mayor número de fallecimientos se produce en la época invernal. Concretamente, durante los meses de febrero-marzo y en relación directa con la intensidad y duración del frío. El diferencial con el resto de meses es muy elevado.
Un porcentaje de los óbitos se debe a lesiones por congelación. Los índices de mortalidad se disparan en personas en situación precaria y en los “sin techo”. El alcohol también es un mal acompañante.
El mayor número de fallecimientos, en términos absolutos, se produce entre personas mayores frágiles y en pacientes con enfermedades crónicas avanzadas, debilitantes e irreversibles. El papel del virus de la gripe y de las infecciones respiratorias es determinante.
Las cifras se mantienen constantes y con tendencia creciente en los últimos ejercicios. Las estadísticas oficiales de mortalidad están diseñadas para identificar la enfermedad principal que te acompaña al lecho de la muerte y no para registrar la causa última que la provoca. En estas estadísticas, el papel de las infecciones respiratorias es residual y su importancia queda diluida. Las causas de mortalidad están lideradas por las neoplasias y las enfermedades cardiovasculares, a gran distancia del resto.
La temperatura corporal es muy importante para el buen funcionamiento del organismo. Es una de las constantes biológicas mas homogéneas que existen. Este hecho es relevante y el frío ambiental un mal compañero de viaje para la salud. La presión arterial y la frecuencia cardiaca, por poner dos ejemplos, son mucho más diversas entre las personas.
Las únicas células del cuerpo que para realizar su función necesitan menos de 36.5 grados, están en un receptáculo independiente, el escroto, y son los espermatozoides. Trabajan en caliente pero se mantienen en forma en fresco.
Curiosa y paradójicamente, el frío, la crioterapia, se usa en múltiples terapias dermatológicas. En la biomedicina, es la base de la conservación de la vida celular. Uno de los puntales de la fertilización in vitro, la terapia transfusional, los trasplantes de órganos y tejidos...
No sólo esto, sino que las muertes repentinas ocurridas a bajas temperaturas (como el ahogamiento o la congelación) dejan un mayor margen temporal para las maniobras de resucitación y éstas tienen mejores resultados.
Como en tantos ámbitos de la vida, a la pregunta de si el frío mata, la contestación es que depende, ... todo depende.
Como bien afirma Jarabe de Palo en su canción,
que aquí estamos de prestao,
que el cielo esta nublao,
que uno nace y luego muere,
y este cuento se ha acabao
depende, ¿de que depende?
según como se mire, todo depende.





