El pueblo, los habitantes de los pueblos, las ciudades, esta Comunidad, como no puede ser de otra manera.
¿Que porqué hago esta reflexión? Porque cuando uno lleva varias horas siguiendo la noche electoral y veo a muchos representantes políticos, algunos felicitándose, otros lamentándose de sus resultados, otros no saben, no contestan, uno se queda pensando, si es que no se han dado cuenta de lo que acaba de pasar.
Los ciudadanos acabamos de colocarlos en puestos oficiales, con sueldos oficiales, para que trabajen para nosotros y nos arreglen nuestros problemas, así de sencillo y rotundo. Sus historias, alegrías o penurias, nos importan más bien poco, lo que queremos es que se pongan a trabajar lo antes posible, y cumplan con su parte, ya que nosotros los votantes ya lo hemos hecho.
1048 Cargos electos acabamos de escoger, entre todas las opciones que teníamos. Eso lo hemos hecho en 11 horas, vamos a ver en cuanto tiempo se ponen a trabajar para nosotros.
Si fuera uno de esos cargos electos, me pondría las pilas ya, y haría todo lo posible por devolver lo más rápido posible, la confianza que me han dado los electores, sea desde el gobierno o la oposición, pero pronto.
Ayer domingo ha habido unas elecciones, no se han repartido cheques en blanco a nadie, no se ha subido a los altares a nadie, tan siquiera hemos podido escoger persona a persona, ya que todavía nos tenemos que tragar las listas enteritas, por eso lo menos que podemos pedir es que, sencillamente nos dén las gracias, al mismo tiempo que les queremos ver que no pierden el tiempo.
Para terminar sólo dos citas, una política y otra económica:
La primera: El pueblo no debería tener miedo de sus dirigentes, sino al revés.
Segunda: Al igual que en las empresas, el puto jefe es el cliente, EL CIUDADANO.