El hijo de Afrodita

La reciente muerte de Demis Roussos ha producido el habitual caudal de obituarios y panegíricos que, en tal ocasión, se dedican a quienes, como él, han alcanzado fama internacional, en su caso sobre todo como cantante pop. Practicamente todas las semblanzas periodísticas se han centrado en su carrera individual y no se han referido, o lo han hecho solo de manera tangencial, a sus inicios como miembro del grupo Aphrodite’s Child, que fundó junto a Evangelos Papanathassiou, más conocido como Vangelis, y Lukas Sideras.

Aphrodite’s Chid tocaban un pop-rock con toques psicodélicos que se acentuaron en su última obra, el doble álbum 666, donde también aparecieron elementos de rock progresivo y de música de vanguardia.  La voz muy peculiar de Demis, con un timbre algo agudo y un punto rota, y los teclados de Vangelis eran los elementos definitorios de la música del grupo, que entre 1967 y 1970 publicaron unos cuantos discos sencillos (singles) y dos álbumes (LPs), con los que consiguieron varios éxitos importantes en diversos países de Europa. A finales de 1970 grabaron su tercer y último LP, el mencionado doble álbum 666, adaptación del libro del apocalipsis de San Juan, sobre textos del escritor y director de cine griego Costas Ferris. La concepción musical era de Vangelis y no coincidía del todo con los intereses de los otros miembros del grupo, que poco después se desintegró, para que cada cual siguiera su carrera en solitario. El álbum no se publicó hasta 1972, más de un año después de la separación del grupo.

Tras el final de Aphrodite’s Child, Demis Roussos tuvo un gran éxito internacional con canciones tan comerciales y pegadizas como insulsas e insustanciales, que le supusieron fama y, supongo, buenas ganancias, pero que añadieron muy poca calidad y prestigio artístico a su obra.

666 es para mi, sin duda, lo mejor que hicieron Aphrodite’s Child como grupo y sus componentes a título individual. Incluso Vangelis, que ha tenido una sólida carrera como compositor e intérprete de música electrónica con toques vanguardistas, sobre todo bandas sonoras de películas, en la que ha tenido logros notables como la banda sonora de Blade Runner, no ha mejorado sustancialmente lo que hizo con 666. Fue una obra pionera del rock psicodélico progresivo de vanguardia y uno de los primeros álbumes conceptuales, aunque su tardía publicación póstuma en un sello discográfico de segunda línea, Vértigo, no contribuyó precisamente a que tuviera una buena difusión. Puede compararse sin desdoro con obras como Tales from topographic oceans de Yes, o Zeit de Tangerine Dream.

Con ocasión de la muerte de Demis Roussos he recuperado de las cajas donde reposan mis viejos vinilos de Aphrodite’s Child y al volver a escucharlos me he percatado de un hecho curioso, que es que con los títulos de algunas de sus canciones más conocidas se podría hacer una descripción del presente de los griegos, los actuales hijos de Afrodita. Así tenemos “Lluvia y lágrimas” (Rain and tears), las lágrimas que en los últimos años han vertido los griegos ante la lluvia de recortes que vienen padeciendo y el “Lamento” (Lament) de un pueblo que grita “Fuerte, fuerte, fuerte” (Loud, loud, loud) “Quiero vivir”  (I want to live) y que pide una “Pausa” (Break), en el apocalipsis al que le han llevado “Los cuatro jinetes” (The four horsemen), el primero sus propios políticos venales e incompetentes y los otros tres los miembros de la troika y que les están conduciendo al “Fin del mundo” (End of the world).

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.
Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias