El nuevo máximo accionista del Mallorca declaró en rueda de prensa que sus colaboradores habían hecho sus deberes antes de recalar en el Mallorca. Es un primer renuncio ya que mantener en la incógnita la futura función de Miguel Angel Nadal y conservar a Pepe Gálvez en el banquillo sin una pronunciación clara sobre su futuro, no sólo desconcentra a los interesados, sino que perjudica al equipo y la estabilidad del vestuario.
Ya han trascendido los nombres de Joaquín Caparrós y Fernando Vázquez lo que, como mínimo, es una falta de respeto al vigente cuerpo técnico
No inventamos nada. Ya se ha especulado sobre el nombramiento de Alessandro del Piero, el extraordinario jugador de la Juventus y la Squadra Azzurra, como nuevo director deportivo. Sin duda un gran golpe de efecto tras el que se reserva al manacorí un puesto representativo que, a su vez, entendemos que había recaído en Iván Campo, aunque su papel se haya reducido a encabezar algún desplazamiento y hacerse fotos con Brigitte Yagüe, Xavi Torres y alguno más.
En cuanto a los técnicos ya han trascendido los nombres de Joaquín Caparrós y Fernando Vázquez lo que, como mínimo, es una falta de respeto al vigente cuerpo técnico dado que, desde el club, no se ha emitido ningún desmentido. Aunque a la plantilla todos estos líos se las trae al fresco, el respeto a la figura del jefe no es la debida si son conscientes de que mañana mismo podría no serlo. Y aunque la profesionalidad del de Peguera está fuera de toda duda, tampoco refuerza su autoridad ni le permite entregarse en alma, por mucho que lo haga en cuerpo.
Incluso en el más favorable de los supuestos, lo que acaba de ocurrir en el Mallorca ha creado una convulsión cuyas consecuencias inmediatas no eran deseables. Las aguas deben volver cuanto antes a su cauce y eso significa a partir de pasado mañana a las siete y cuarto de la tarde en Córdoba y no el mes ni la semana que viene. Todo aquello que influya en el terreno exclusivamente deportivo debe tomar forma de inmediato y, si acaso, únicamente cabe un compás de espera para intervenir en otros departamentos y cercenar, si fuera necesario, el cáncer que ha originado la fútil estructura de Claassen.
