Rafael Nadal es un muy buen deportista además de excelente persona. Por eso me han llamado poderosamente la atención sus declaraciones en contra de las acusaciones recibidas de machista por parte de la Dirección de la Federación de Tenis española
En ocasión del nombramiento de Gala León para dirigir la Copa Davis, Nadal mostró su “máximo respeto” por la flamante capitana, aunque le pareció “extraño” porque otros tenían más méritos para estar ahí”. Opinó que sería lo mismo que a él lo nombraran para “dirigir un hospital”. No lo haría bien porque “yo no sé de medicina”, dijo, en una alusión general que fue malinterpretada y por la que tuvo que disculparse sin necesidad.
Sus opiniones son libres como las de cualquier ciudadano pero han caído mal en la Federación y lo han acusado de machista cuando eso nada tenía que ver con lo planteado, o sea, las dudas al respecto de la idoneidad de Gala León para el puesto, no por ser mujer ¿Pero machista porque? Porque denigrar a un hombre es fácil desde una perspectiva de género, está de moda pero es falaz.
Aunque después del escándalo de corrupción destapado en la FIFA se podría sospechar que también en la Federación de Tenis las cosas pudieran no ser tan limpias. De hecho, el Tribunal Administrativo del Deporte ha abierto expediente administrativo contra dirigentes de la Federación Española de Tenis. En suma, insultar a Nadal de machista ha sido una auténtica torpeza.
Jorge Skibinsky
Presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de Las Islas Baleares (APFSIB)